La dismorfia corporal, también conocida como trastorno dismórfico corporal (TDC), es un problema de salud mental cada vez más común, especialmente entre los jóvenes. Se caracteriza por una preocupación obsesiva por uno o más defectos percibidos en la apariencia física, los cuales pueden ser reales o imaginarios.
Según la experta en terapia conductual, Gabriela Herrera, la dismorfia corporal no se trata de preocupación “normal” por la apariencia, sino de un miedo irrazonable y equivocado a la “fealdad”, fundamentado en los estándares de belleza impuestos por la publicidad, las redes sociales y conceptos discriminatorios en general. Ella agrega que la dismorfia es una “angustia” por un defecto imaginario o real, lo que impide que la persona se desenvuelva adecuadamente.
“La dismorfia puede llegar a robar la tranquilidad de la persona, pues, como bien sabemos, existen múltiples estándares que definen la belleza, los cuales están asociados a la perfección”.
Las personas con dismorfia corporal suelen tener una imagen distorsionada de su cuerpo, enfocándose en detalles que los demás no perciben o que son mínimos. Esta obsesión puede manifestarse de diversas maneras, como:
La dismorfia corporal puede afectar a personas de cualquier edad, género, raza o etnia, pero es más común en adolescentes y adultos jóvenes. Se estima que entre el 1% y el 2% de la población mundial la padece.
Las causas de la dismorfia corporal no se conocen completamente, pero se cree que se deben a una combinación de factores, como:
La dismorfia corporal puede tener un impacto significativo en la vida de una persona. Algunos de los efectos más comunes incluyen:
El tratamiento del TDC suele incluir terapia cognitivo-conductual (TCC) y medicamentos. La TCC puede ayudar a las personas con TDC a identificar y desafiar sus pensamientos distorsionados sobre su apariencia. Los medicamentos pueden ayudar a controlar los síntomas de ansiedad y depresión.
En México, la Subsecretaría de Prevención y Atención a la Salud ha identificado las siguientes principales formas u obsesiones del TDC:
En resumen, la dismorfia corporal es un trastorno mental que afecta significativamente la vida de quienes lo padecen. Este trastorno puede llevar a una baja autoestima, ansiedad, depresión, y comportamientos compulsivos, entre otros efectos negativos.
Es crucial reconocer que la dismorfia corporal no es simplemente una preocupación común por la apariencia, sino un problema profundo que requiere atención profesional. La terapia cognitivo-conductual (TCC) y los medicamentos pueden ser eficaces para tratar este trastorno, ayudando a las personas a desafiar sus pensamientos distorsionados y a controlar los síntomas de ansiedad y depresión.
Con una comprensión adecuada y el apoyo adecuado, es posible que las personas con dismorfia corporal mejoren su calidad de vida y superen los desafíos que este trastorno presenta. Fomentar una cultura que valore la diversidad y rechace los estándares de belleza irreales es fundamental para prevenir y abordar la dismorfia corporal en nuestra sociedad.
Con información de Mayo Clinic y Heraldo de Chihuahua
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