Dolor y rigidez en la parte baja de la espalda, sobre todo al despertar, fatiga constante e incluso visión borrosa. ¿Podrían ser señales de algo más que estrés o mala postura? Según especialistas de la Clínica Mayo, estos síntomas pueden estar relacionados con la espondilitis anquilosante, una enfermedad inflamatoria crónica que afecta principalmente a la columna vertebral y que, si no se detecta a tiempo, puede dejar secuelas irreversibles.
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Esta condición, en México es del 5%, lo que sugiere que el número de personas con EA podría estar entre 4,160 y 93,600 casos. Se presenta con mayor frecuencia en hombres que en mujeres y suele comenzar entre los 15 y los 30 años de edad.
¿Qué causa esta enfermedad?
La espondilitis anquilosante se caracteriza por la inflamación persistente de las vértebras, lo que provoca que el cuerpo intente “reparar” el daño formando hueso nuevo. Con el tiempo, esto puede llevar a la fusión de las vértebras, haciendo que la columna pierda flexibilidad y adopte una postura encorvada. Si las costillas se ven comprometidas, respirar profundamente puede volverse difícil.
Además del dolor lumbar, otros síntomas incluyen:
- Dolor y rigidez en las caderas, rodillas, hombros o pies.
- Cansancio crónico.
- Dolores en el cuello.
- Problemas oculares como enrojecimiento, dolor, visión borrosa y sensibilidad a la luz.
¿Por qué es difícil diagnosticarla?
Hay dos obstáculos principales que dificultan un diagnóstico temprano:
Síntomas inespecíficos.
El dolor puede ser leve, intermitente o confundirse con otras dolencias comunes. Algunas personas lo asumen como parte de su día a día.Radiografías normales.
En etapas iniciales, las imágenes pueden no mostrar alteraciones claras, incluso si ya existen fracturas o daño estructural.
Por eso, ante la sospecha, los especialistas recomiendan realizar una prueba genética para detectar el gen HLA-B27, que está asociado a esta enfermedad.
La importancia de la detección precoz
De acuerdo a la Sociedad Española de la Columna Vertebral (GEER) reconocer la urgencia de esta enfermedad y conocer los signos tempranos de la enfermedad, puede ayudar ya que los pacientes suelen llegar tarde al reumatólogo, tras años de convivir con el dolor sin saber que algo más serio ocurre.
“El dolor lumbar prolongado sin causa clara en una persona joven debe levantar sospechas”, indica el Dr. Luis Álvarez Galovich, presidente de GEER. Y es que un diagnóstico a tiempo puede evitar complicaciones graves, como la incapacidad motriz o incluso la necesidad de una silla de ruedas.
Tratamientos actuales y cambios en el estilo de vida
Contar con un diagnóstico temprano permite iniciar un tratamiento adecuado, que incluye:
Medicamentos antiinflamatorios para aliviar el dolor.
Fisioterapia para mantener la movilidad y mejorar la postura.
Ejercicio físico regular, especialmente actividades como natación, estiramientos y yoga.
En casos más avanzados o cuando los antiinflamatorios no resultan eficaces, se recurre a los tratamientos biológicos. Estas nuevas terapias han mejorado significativamente la calidad de vida de los pacientes y han reducido el número de personas con limitaciones funcionales severas (antes afectaban al 20% de los casos).
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Conclusión
Estar informado es el primer paso para tomar decisiones de salud acertadas. Si tú o alguien cercano presenta dolor lumbar persistente sin explicación aparente, no lo dejes pasar. Consultar con un especialista puede marcar la diferencia entre una vida con limitaciones o una con plena autonomía.