Durante el primer año de vida, el agua supone aproximadamente del 75 al 85 por ciento del peso corporal total, proporción que disminuye con la edad y el nivel de adiposidad.
El mantenimiento de un adecuado equilibrio hídrico (la diferencia neta entre el aporte y la pérdida de agua) es esencial para la salud. En ratones, la restricción de agua de por vida acorta la vida útil y promueve cambios degenerativos.
Esto es fundamental, pues el cuerpo no tiene la capacidad de almacenar agua: debemos reponer toda la que perdemos a diario, pues sin ella no podemos sobrevivir más que algunos días.
La pérdida hídrica a través de los riñones es de 1.5 litros al día en el adulto. A través de la piel se pierde medio litro, según datos de Hydration for Health, que desde 2008 trabaja en problemas mundiales de salud pública, relacionados con consumo de agua y malos hábitos de hidratación.
Los adultos que se mantienen bien hidratados parecen ser más saludables, desarrollan menos afecciones crónicas, como enfermedades cardíacas y pulmonares, y viven más que aquellos que no obtienen suficientes líquidos, según un estudio de los Institutos Nacionales de la Salud.
Durante 30 años se realizó una recopilación de datos de salud de más de 11 mil adultos con la finalidad de conocer los vínculos entre los niveles séricos de sodio, que suben cuando disminuye la ingesta de líquidos, y diversos indicadores de salud.
Los científicos descubrieron que los adultos con niveles séricos de sodio en el extremo superior de un rango normal tenían más probabilidades de desarrollar enfermedades crónicas, y mostrar signos de envejecimiento biológico avanzado, que aquellos con niveles séricos de sodio en los rangos medios.
Los adultos con niveles más altos también tenían más probabilidades de morir a una edad más temprana.
El consumo de agua simple puede reducir el riesgo de enfermedades metabólicas. Y es que este líquido participa en funciones metabólicas. Además, es esencial para los procesos fisiológicos de digestión, absorción y excreción.
Tiene una participación fundamental en la estructura y la función del sistema circulatorio y actúa transportando nutrimentos y otras sustancias corporales.
El agua es esencial para la regulación de la temperatura corporal, la conservación del equilibrio hidroelectrolítico y favorece la capacidad de concentración y memoria. Así mejora tu cuerpo y cerebro cuando bebes suficiente agua.
El consumo habitual de agua ayuda en la disminución de copeptina, que si se eleva puede afectar la regulación de la glucosa.
Dos estudios clínicos realizados entre población sana demostraron que el aumento del consumo de agua puede reducir tanto la copeptina, como la glucosa plasmática en ayuno en personas sanas que beben poca agua sola y que tienen copeptina plasmática alta.
Se sabe que el aumento de AVP/copeptina podría afectar de forme independiente la regulación de la glucosa en individuos sanos, según información del Instituto Danone.
El agua simple es la mejor fuente de hidratación en los pacientes con diabetes. Sin embargo, otras fuentes de hidratación pueden ser el agua mineralizada, el agua mineral, la leche (de preferencia descremada), café y té sin azúcar o con edulcorantes no calóricos o bajos en calorías, así como cualquier bebida que los contenga.
El consumo total de líquidos difiere en las personas de acuerdo con sus características biológicas y fisiológicas. Este consumo también está determinado por otros aspectos como los factores sociales, culturales y por las preferencias personales.
Debe quedar claro que la hidratación debe entenderse como rutinaria, de frecuencia diaria y variable en función de la edad, sexo, actividad física y condiciones ambientales.
El agua puede adquirirse a partir de una gran variedad de bebidas y alimentos.
Tu ingesta de líquidos probablemente sea adecuada si:
Tu médico o tu dietista puede ayudarte a determinar la cantidad de agua adecuada para ti todos los días. Si quieres ayuda inmediata esta calculadora de hidratación puede ayudarte.
Para prevenir la deshidratación y asegurarte de que el cuerpo reciba los líquidos que necesita, haz del agua tu bebida favorita. La Clínica Mayo comenta que es una buena idea beber un vaso de agua:
Recuerda que el agua es el elemento esencial para el cuerpo humano en cualquier etapa de la vida. Esto te pasa cuando bebes 8 vasos de agua.
Se consideran adecuadas aquellas bebidas no alcohólicas que contengan más de un 80 por ciento de agua en su composición y menos de 50 mEq/l de sal.
Una deshidratación superior al 2 por ciento influye en el rendimiento físico aeróbico e intelectual, así que podría haber afectaciones a la función cerebral y al funcionamiento de ciertos neurotransmisores.
Se recomienda leer las etiquetas de información nutricional para conocer cuánta azúcar y calorías aportan las bebidas que elegimos. Existen alternativas sin azúcares o sin azúcares añadidos, así como sin calorías o bajas en calorías. Opta por la que más te convenga.
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