¿Te cuesta pedir perdón? 6 pasos clave para ofrecer una disculpa

Quizá, por cualquiera que sea la razón, olvidaste invitar a una de tus mejores amigas a comer con el resto del grupo, y desde entonces te aplica la ley del hielo. O tal vez no te hablas con tu cuñada porque criticaste la forma en que educa a sus hijos. Cualquiera que sea la ofensa, hay una manera adecuada y otra inadecuada de ofrecer una disculpa.

Hacerlo usando palabras defensivas como “Discúlpame, pero…” no ayudará a mejorar la situación porque no estás admitiendo tu comportamiento hiriente.

Decir lacónicamente “Lamento mucho que te sientas así” tampoco facilitará el camino para que te disculpen.

La persona lastimada puede pensar que no te importan sus sentimientos. “Ésa no es una disculpa”, explica Ellie Tesher, columnista consejera.

“Si realmente te estás disculpando, sobre todo con la intención de conservar o reconciliar una relación, entonces tienes que transmitir el mensaje de que lamentas lo sucedido. Sin peros ni pretextos”.

Kathryn Belicki, psicóloga y profesora, quien ha realizado investigaciones sobre el perdón y la disculpa, añade que insinuar que es responsabilidad de la persona ofendida sentirse como se siente significa que “el ofensor realmente no está asumiendo su responsabilidad”.

Cuando se trata de pedir disculpas, continúa la doctora Belicki: “Cada situación es distinta y cada persona es diferente. Una disculpa es como una danza entre dos personas y el ofensor tiene que averiguar lo que funciona en una situación en particular”.

A continuación te presentamos seis pasos clave que pueden ayudarte a ofrecer una disculpa sincera.

1. Muestra arrepentimiento

En cuanto te des cuenta de que has lastimado a alguien, déjale saber que estás francamente arrepentida de tu comportamiento.

Envíale una carta sincera ofreciéndole disculpas por tus acciones o, mejor aún, planea una reunión para disculparte en vivo y a todo color, con el fin de que la otra persona tenga la oportunidad de ver de primera mano tus gesticulaciones y expresiones faciales y darse cuenta de que eres sincera.

2. Identifícate con la persona lastimada

Menciona cuál fue tu comportamiento hiriente y reconoce que eres responsable del mismo; así, la otra persona se sentirá escuchada y comprendida.

Por ejemplo, podrías decirle: “Sé que te hice sentir rechazada cuando no te incluí en la comida que organicé”.

3. Pregunta qué puedes hacer, si es que puedes hacer algo

Esto con la intención de restablecer la relación, pero reconoce que el daño puede ser irreparable o que la persona puede no estar lista para disculparte o reanudar la relación inmediatamente después de que te disculpes.

“El perdón es un regalo”, explica la experta Belicki. “Si te lastimo, quién soy yo para esperar que aceptes mis disculpas, y menos aún para molestarme si no lo haces”.

Asimismo, no todas las personas consideran que el perdón y la reconciliación son una misma cosa. La persona lastimada puede disculparte, pero esto no significa que desee continuar con la relación.

4. Sé sincera(o)

Hay situaciones en las que, si bien el daño fue causado por algo que tú hiciste o dijiste, sientes no ser responsable debido a una circunstancia atenuante.

“En primer lugar, haz una introspección para asegurarte de que no sólo estés tratando de evadir tu responsabilidad”, comenta la doctora Belicki.

Aunque no tenías la intención de hacerle daño a la otra persona, tienes que reconocer que la lastimaste. Entonces puedes explicarle tu punto de vista, de la manera más completa y sincera.

“No tienes por qué asumir la responsabilidad si sientes que de verdad no es tuya”, añade la experta.

5. Si tu comportamiento es un hábito, cambia tu manera de actuar

En los casos en que hayas lastimado a una persona en repetidas ocasiones, será necesario demostrarle que realmente has cambiado tu comportamiento.

Ésta es la forma más concreta de mostrarle que esta vez tu disculpa es sincera.

6. Piensa en aprender el arte de la disculpa

El arte de la disculpa es una manera de fortalecer tu carácter. La consejera Ellie Tesher comenta: “No creo que decir “Discúlpame” equivalga a decir ‘Soy una mala persona’; más bien, muestra crecimiento personal y no mala conducta”.

Y recuerda que una disculpa sincera puede ayudarte tanto a ti como a la otra persona a sanar las heridas.

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