Según múltiples registros médicos, algunas de las personas que resultaron infectadas con el Covid-19, presentan una extraña secuela que implica la aparición de una nueva diabetes, pese a que los científicos aún no logran explicarse el mecanismo de esta posible asociación.
En realidad este alza en los diagnósticos de diabetes post Covid-19 entre personas que previamente no padecían este trastorno (o que al menos desconocían padecerlo) comenzó a apreciarse desde el minuto uno de la pandemia.
Eso sí, los científicos no se atreven a decir si la diabetes que sobreviene tras la infección de Covid-19 es temporal o permanente, aunque no tienen ninguna duda de que el vínculo entre ambas enfermedades existe.
Investigaciones recientes aseguran que el Covid-19 tiene más de 50 secuelas a largo plazo, siendo la detonación de la diabetes la más reciente adición a la lista. Al parecer, el virus daña las células de ciertos órganos como pulmones, hígado, corazón, colon y páncreas. También existe un estudio que demuestra un riesgo significativo entre los adultos jóvenes tras el diagnóstico de enfermedad grave por Covid-19.
Una de las teorías que se manejan implica una especie de confusión corporal generada por el coronavirus que llevaría al sistema inmune a destruir las células pancreáticas, a las que tomaría por el propio patógeno. Obviamente, si se atacan las células responsables de generar la insulina, el suministro de esta hormona se detiene y aparece la diabetes. No obstante esta es solo una teoría, de hecho otros investigadores creen que el virus podría alterar al propio páncreas incitándole a autodestruirse.
Para intentar saber algo más sobre lo que sucede en el páncreas de las personas que resultaron contagiadas de Covid-19, un equipo de investigadores dirigido por el médico Shiubing Chen (departamento de cirugía del Centro Médico Weil Cornell de Nueva York) ha realizado un pequeño pero interesante estudio experimental. El trabajo se basó en las autopsias a cinco donantes con Covid-19, así como en experimentos en laboratorio que implicaban poner en contacto al coronavirus con células pancreáticas sanas.
Chen y sus colegas descubrieron que tras la infección, las células productoras de insulina comenzaron a actuar de una forma extraña, produciendo mucha menos insulina y generando en cambio otra hormona llamada glucagón, cuyo efecto es totalmente el contrario al de la insulina, ya que aumenta los niveles de glucosa en sangre.
Además, descubrieron que las células pancreáticas comenzaban también a generar una enzima digestiva llamada tripsina, además de quimioquinas (una sustancia que le indica al sistema inmunológico qué células están enfermas y deben ser destruidas).
Ahora los investigadores pretenden descubrir si estos cambios detectados en el comportamiento de las células pancreáticas bastan para iniciar la diabetes en personas que previamente no parecían esta enfermedad, o si solo la aumentan en personas que ya eran diabéticas – si bien en una etapa temprana y no diagnosticada – antes de contraer el Covid-19.
De acuerdo a los expertos, las secuelas del Covid-19 se pueden presentar hasta tres meses después e incluyen la dificultad para respirar, cansancio crónico, fiebre, tos y síntomas similares a la gripe común así como dolor muscular y en articulaciones y dolores de cabeza intensos.
Información de Yahoo Noticias.
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