El ejercicio vigoriza el corazón
Poner los músculos en movimiento y sudar es esencial para la salud cardiovascular. El corazón no puede mantenerse en buena forma si no hacemos ejercicio con regularidad. Todo el mundo sabe esto. Y como...
Poner los músculos en movimiento y sudar es esencial para la salud cardiovascular.
El corazón no puede mantenerse en buena forma si no hacemos ejercicio con regularidad. Todo el mundo sabe esto. Y como cada vez hay más estudios que vinculan la actividad física con muchos otros beneficios (desde un menor riesgo de sufrir depresión hasta una mejor salud de los ojos), algunos médicos alientan a la gente a concebir el ejercicio como una medicina.
Y si el movimiento es una medicina, ¿cuál es la dosis adecuada?
Las ocasionales noticias sobre maratonistas que han caído muertos en plena carrera refuerzan la percepción popular de que los deportes de resistencia no por fuerza son saludables. Sin embargo, la probabilidad de sufrir muerte súbita durante una carrera de larga distancia es excepcionalmente baja: menos de 1 en 100,000. Participar en un maratón es más seguro que viajar en auto, según datos publicados recientemente en Estados Unidos. Si los retos grandes te motivan, no hay razón para que te detengas. Pero si tienes una relación de amor y odio con el gimnasio, te alegrará saber esto: las investigaciones indican que el ejercicio moderado es igual de bueno para mantener un estado de salud óptimo.
El año pasado, un equipo de investigadores del Instituto de Ejercicio y Medicina Ambiental de Dallas, Texas, evaluó la función cardiovascular de 101 personas mayores de 60 años que tenían distintos grados de actividad física. Las que habían hecho ejercicio menos de dos veces por semana a lo largo de las décadas tuvieron un rendimiento inferior al de las personas que habían dedicado más tiempo al ejercicio. Lo más sorprendente es que hombres y mujeres que se habían ejercitado regularmente cuatro o cinco veces por semana salieron casi tan bien evaluados como los atletas que entrenaban casi a diario y que competían habitualmente.
Por desgracia, estudios realizados en Estados Unidos, Canadá y Europa revelan que la mayoría de los adultos ni siquiera cumple con la cuota mínima de actividad física. Al decir de los cardiólogos, es mejor hacer un poco de ejercicio que no hacer nada. Sin embargo, la dosis óptima es más de tres veces a la semana, frecuencia estipulada por las directrices sobre actividad física de la Organización Mundial de la Salud, que establecen que los adultos deberían dedicar a la semana al menos 150 minutos de ejercicio moderado, o 75 minutos de ejercicio intenso (y una sesión de levantamiento de pesas para fortalecer los huesos). El tipo de actividad no importa, siempre y cuando aumente el ritmo cardiaco (el yoga, aunque es benéfico, no cuenta). Así que, ¡a sudar!