Despertar cada mañana y revisar el celular se ha convertido en un ritual casi universal. Sin embargo, este hábito tan común podría tener consecuencias inesperadas para nuestra salud cerebral. Desde la prestigiosa Universidad de Harvard, neurocientíficos han advertido sobre los peligros de mirar el teléfono a primera hora del día, alertando sobre cómo esta práctica puede afectar nuestra mente de maneras que quizás no imaginamos.
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Doomscrolling: Un ciclo peligroso
El término “doomscrolling” describe el impulso incontrolable de deslizar la pantalla, consumiendo contenido sin parar. Aunque parece inofensivo dedicar unos minutos a las redes sociales o a responder mensajes, estos momentos pueden convertirse rápidamente en media hora o más. Esta acción trivial está vinculada a efectos negativos tanto para el cerebro como para el cuerpo.
La neurocientífica Emily McDonald explica: “Cada vez que navegamos o actualizamos nuestras noticias, encontramos contenido nuevo, desafiante e impredecible. Este ciclo de estímulos desencadena un flujo constante de dopamina, similar al efecto que tienen las máquinas tragamonedas en el casino”. Este juego peligroso nos mantiene atrapados en un círculo vicioso de gratificación inmediata.
La vulnerabilidad del cerebro al despertar
El cerebro es particularmente vulnerable en las primeras horas del día. Según McDonald, al despertar, nuestro cerebro se encuentra en un “estado más sugestivo”, lo que significa que es más propenso a los impactos negativos del contenido que consumimos en las redes sociales. Esto puede tener repercusiones serias en nuestra salud mental.
Los daños invisibles del Doomscrolling
La doctora Aditi Nerurkar, profesora de la Facultad de Medicina de Harvard, destaca que todos somos susceptibles a los efectos del doomscrolling, que van más allá de la simple adicción. Este hábito puede desencadenar síntomas como:
- Náuseas
- Dolores de cabeza
- Tensión muscular
- Dolor de cuello y hombros
- Falta de apetito
- Dificultades para dormir
- Presión arterial alta
“Nuestro cerebro se convierte en una especie de palomitas de maíz, explotando constantemente debido a los estímulos en línea”, advierte Nerurkar. Esta actividad, sumada a la falta de movimiento, impacta profundamente nuestra salud física y mental.
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Estrategias para romper el ciclo
Cambiar este hábito es posible, y los expertos proponen varias técnicas:
- Mantén el teléfono lejos de tu cama: Despertar sin la tentación de revisar el celular puede reducir el estrés matutino. Dedica los primeros minutos a actividades como estirarte o mirar por la ventana.
- Guarda el teléfono mientras trabajas: Colócalo en un cajón para evitar distracciones y mejorar tu concentración.
- Elimina el teléfono de la mesa: Durante las comidas, mantén el celular fuera de tu alcance para enfocarte en la comida y la compañía.
- Activa la escala de grises: Reducir el atractivo visual de la pantalla puede disminuir el tiempo que pasas frente al teléfono.
- Desactiva notificaciones: Silenciar las alertas te permite controlar cuándo y cómo atender tu dispositivo.
- Busca ayuda profesional si es necesario: Si sientes que el hábito es incontrolable, consultar con un especialista puede marcar la diferencia.
Adoptar estos cambios no solo mejorará tu salud cerebral, sino que también te permitirá comenzar el día de una manera más consciente y saludable. Al final, se trata de recuperar el control de nuestra atención y bienestar, un pequeño esfuerzo que vale mucho la pena.
Con información de El Debate