La soledad, un sentimiento que muchos hemos experimentado, se ha convertido en una problemática de salud pública cada vez más prioritaria, como lo reconoce la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Una reciente investigación publicada en la revista Scientific Reports, que analizó las respuestas de más de 250,000 personas de 139 países, ha revelado una conexión contundente entre el aislamiento social, el dolor físico y el deterioro de la salud mental.
El estudio demuestra que la soledad no es solo una emoción, sino un estado que tiene consecuencias tangibles en nuestro cuerpo y mente.
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El vínculo entre soledad, dolor y angustia
El estudio global, realizado en colaboración con expertas de la City St George’s, University of London, arrojó datos alarmantes sobre el impacto de la soledad. L
as personas que manifestaron sentirse solas tenían más del doble de probabilidades de experimentar dolor físico en comparación con quienes no se sentían así.
Pero el dolor no es el único síntoma. Los investigadores también encontraron que las personas solitarias tenían:
- Casi el doble de probabilidades de presentar problemas de salud en general.
- Un 25.8% más de probabilidades de reportar altos niveles de angustia psicológica (tristeza, estrés, preocupación).
La Dra. Lucía Macchia, una de las autoras, explicó que este vínculo se explica en gran parte por el malestar psicológico. El análisis estadístico reveló que la angustia es responsable del 60.2% de la relación entre la soledad y el dolor físico, superando a los problemas de salud física (18.9%) y los factores socioeconómicos (14%).
Este hallazgo subraya que el sufrimiento mental es el principal puente entre la soledad y el dolor físico.
Soledad no es solo ausencia de personas
El estudio también exploró la naturaleza de la soledad, con una conclusión clave: la calidad de las relaciones es más importante que la cantidad. El análisis demostró que una persona puede experimentar dolor físico y angustia incluso si tiene un círculo social de familiares y amigos.
Esto significa que el sentimiento de soledad no depende de cuánta gente te rodea, sino de si te sientes verdaderamente comprendido y apoyado en esos vínculos. Por ello, aumentar el número de relaciones no garantiza que se eliminen los efectos negativos del aislamiento. La clave reside en la calidad y el sentido de conexión que se genera.
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Un enfoque multifacético para la saludLa investigación demuestra que la soledad es una amenaza significativa para la salud pública, con consecuencias directas en la salud física y mental de las personas en todo el mundo.
Los resultados de este estudio no solo abren nuevas preguntas sobre cómo abordar el aislamiento social, sino que también insisten en la necesidad de un enfoque multifacético.
Para mitigar sus efectos, se deben implementar intervenciones que no solo busquen aumentar las conexiones sociales, sino que también fortalezcan el sentido de pertenencia y aborden las desigualdades socioeconómicas.
Al final del día, cuidar de la salud mental y física de una persona significa, en gran medida, cuidar de sus conexiones sociales.