El megalodón, el depredador marino más grande de la prehistoria, sigue fascinando a científicos y entusiastas. Recientemente, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) anunció la exhibición de unos impresionantes dientes de megalodón hallados en un cenote de Quintana Roo.
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Este descubrimiento, el primero de su tipo en la región, no solo enriquece el patrimonio paleontológico de México, sino que coincide con una nueva investigación que desafía las teorías sobre la dieta de este tiburón gigante.
Foto: Pedro Almada. Proyecto GAM.
El descubrimiento en el Cenote Maravilla
En 2019, el buzo Juan Cardona hizo un hallazgo inesperado a 28 metros de profundidad en el Cenote Maravilla de Puerto Morelos: dos enormes dientes fosilizados. Un equipo de investigadores estudió y confirmó que estos restos, que permanecieron sumergidos por millones de años, pertenecen a la especie Otodus megalodón.
Las piezas, una de un ejemplar juvenil y otra incrustada en roca caliza del tamaño de la mano de un adulto, datan del periodo Mioceno-Plioceno (hace entre 23 y 2.5 millones de años). Según los especialistas, los dientes cayeron al fondo del mar mientras la península de Yucatán estaba sumergida, un proceso que permitió su excepcional conservación.
Este es el primer registro científico de dientes de megalodón en Quintana Roo, confirmando el gran valor de los cenotes mexicanos como reservorios de información paleontológica.
Un nuevo estudio revela el verdadero menú del megalodón
A la par de este descubrimiento, un equipo de científicos de la Universidad Goethe de Frankfurt, en Alemania, ha desafiado la creencia de que el megalodón se alimentaba solo de grandes mamíferos marinos.
Utilizando un innovador método de análisis de isótopos de zinc en dientes fosilizados, los expertos descubrieron que la dieta del megalodón era más amplia de lo que se pensaba. El estudio sugiere que el depredador no se limitaba a cazar solo a las criaturas en la cima de la cadena alimenticia, sino que se adaptaba a la disponibilidad de presas.
Este hallazgo demuestra la flexibilidad alimentaria del megalodón y subraya la importancia de los nuevos métodos científicos para reconstruir el pasado de nuestro planeta.
Exhibición y el valor de los cenotes
Ambos dientes se exhiben ahora en la Sala 1 del Museo Regional de la Costa Oriental, en Tulum, reforzando la importancia de la exploración y conservación del patrimonio. Este hallazgo en el Cenote Maravilla y otros vestigios en la Península de Yucatán confirman el valor de los cenotes como “cápsulas del tiempo” que guardan la historia de la vida marina en una región que alguna vez estuvo bajo el océano.
La preservación digital de los fósiles asegura que puedan ser estudiados por futuras generaciones, sin poner en riesgo las piezas físicas.
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