Intestino irritable más común en mujeres: Cómo mejorarlo
Tres de cada cuatro pacientes con intestino irritable padece síntomas durante al menos cinco años. Aunque es incurable, existen alternativas de vida.
El síndrome del intestino irritable es un trastorno frecuente manifestado en el intestino grueso. Aunque puede presentarse a cualquier edad, generalmente inicia en la adolescencia o a principios de la vida adulta y es dos veces más común en las mujeres que en los hombres.
Hormonas. Las mujeres son dos veces más propensas a padecer síndrome de intestino irritable. Infinidad de mujeres descubren que los signos y síntomas se intensifican antes o durante su periodo menstrual.
Alimentos. Infinidad de personas tienen síntomas de intestino irritable que empeoran cuando consumen alimentos como trigo, cítricos, productos lácteos, frijoles, bebidas gaseosas.
Estrés. Los signos y síntomas empeoran durante episodios de mayor estrés. Aunque no es la causa, puede agravar los síntomas.
“Las causas exactas del trastorno de intestino irritable son desconocidas, sin embargo, contribuyen contracciones musculares en el intestino, el sistema nervioso, inflamación intestinal, infecciones graves y alteraciones en la microbiota intestinal” puntualiza Víctor Huggo Córdova Pluma, Miembro del Movimiento Nacional Ciencia en Obesidad.
Una vez diagnosticados, 75 por ciento de los pacientes con síndrome del intestino irritable presenta síntomas a lo largo de al menos cinco años. Durante ese lapso se ven obligados a gastar en consultas, exámenes de laboratorio, medicamentos e incluso cirugías. En Estados Unidos los costos directos e indirectos por el manejo de este mal alcanzan los 30 mil millones de dólares al año.
Aunque la variedad de criterios utilizados para su diagnóstico arroja una prevalencia en México de entre 10 y 20 por ciento, lo cierto es que se trata de una enfermedad incurable y que puede afectar la calidad de vida de quienes lo padecen en grado variable.
Entre las causas identificadas de este padecimiento destacan infecciones, trastornos emocionales y dieta, pero en los últimos años se le ha prestado mayor atención a las alteraciones de la microbiota intestinal en su aparición y desarrollo.
Conformada por millones de bacterias y con un peso aproximado de hasta dos kilos, la microbiota intestinal es actualmente considerada por los expertos como una especie de “órgano adquirido” que ayuda a digerir algunos alimentos —principalmente azúcares complejas, convirtiéndolos en energía—, producir vitaminas B y K y combatir microorganismos patógenos.
Al estado de equilibrio de la microbiota intestinal se le conoce como eubiosis, que es cuando se encuentra en óptimas condiciones para cumplir con su rol metabólico y protector. Los cambios en la dieta, el estrés y el abuso de algunos medicamentos como los antibióticos pueden propiciar disbiosis, que es la pérdida de este equilibrio, cuyo impacto ya se evalúa en pacientes con síndrome de intestino irritable.
De acuerdo con la Organización Mundial de Gastroenterología, una opción para recuperar el balance de la microbiota intestinal son los probióticos, los cuales pueden hallarse en productos lácteos y alimentos fortificados, así como en comprimidos, cápsulas y sobres.
Los probióticos son microorganismos vivos que, en cantidades adecuadas, confieren beneficios a los pacientes. En el caso del probiótico desarrollado a partir de la levadura Saccharomyces boulardii CNCM I-745® se ha comprobado que es un buen complemento en el tratamiento contra enfermedades gastrointestinales y la restauración del equilibrio de la microbiota intestinal.
A fin de evitar complicaciones en la atención de pacientes con este trastorno se recomienda estar atentos a datos de alarma como: