¿Estás listo para la temporada de gripe? Aunque las enfermedades respiratorias afectan al 80% de la población global al año, es durante la temporada invernal (de septiembre a abril) que se da la mayor incidencia de gripe, resfriados y tos.
La gripe estacional y el resfriado común interrumpen la vida de las personas pues se presentan síntomas como congestión y escurrimiento nasal, estornudos, fiebre, escalofríos, dolores musculares y dolor de cabeza.
Al inicio de la enfermedad no siempre es claro detectar cuál es el padecimiento y mucho menos cómo tratarlo. Un estudio reciente, demuestra que el 26% de la población se siente confundida o incapaz de encontrar el producto que necesita para aliviar sus síntomas al pasar por el pasillo de productos antigripales en la farmacia.
Tanto la gripe como el resfriado común son enfermedades similares en síntomas, pero son causadas por diferentes virus, por lo que es importante diferenciarlas desde su origen para poder tratarlas de forma oportuna y apropiada.
El resfriado común es una infección que afecta el tracto respiratorio superior: conductos nasales y garganta. Generalmente, no dura más de una o dos semanas, y aunque sus síntomas como escurrimiento nasal y dolor de garganta o tos no son considerados complejos, existen más de 100 virus diferentes que causan esta enfermedad.
A diferencia del resfriado, la gripe estacional es una infección viral causada por el virus de la influenza, el cual afecta todo el sistema respiratorio: los conductos nasales, garganta y pulmones. Al igual que el virus del resfriado, el virus de la gripe cambia constantemente.
A pesar de que se puede haber contraído previamente, el cuerpo humano es susceptible a contraer nuevas variedades del virus cada año.
Es poco común padecer fiebre durante un resfriado, este síntoma suele ser uno de los principales indicadores de que se trata del virus de la gripe. Además de escalofríos, cuerpo cortado y dolor de cabeza, la gripe suele estar acompañada de un leve goteo nasal, tos húmeda y congestión en el pecho que puede llegar a ser severa.
Aunque la tos juega un papel importante en ambas enfermedades, en el caso del resfriado es mucho más seca y extrae mucosa, por lo que no suele causar congestión de pecho.
Los síntomas de ambos padecimientos despiertan interés por alternativas de tratamiento que refresquen y despejen las vías respiratorias, atacando los síntomas de una sola vez, principalmente para ayudar a dormir mejor.
Los seres humanos son más propensos a propagar un resfriado durante los primeros dos o tres días después de que aparecen los síntomas, sin embargo, estos pueden persistir por más tiempo. El virus de la gripe es aún más fuerte ya que puede contagiarse dos días antes de que los síntomas aparezcan, e incluso de cinco a siete días después de haberse desarrollado.
El tan solo pensar en contagiar o ser contagiado provoca aislamiento de la sociedad para no afectar a otros o no empeorar la condición. Y, aunque ya te informaste de los síntomas en un nivel físico, también es importante estar consciente del estado mental que provocan, incluyendo falta de ánimo y concentración.
Fuente: Theraflu
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