El Mejor ejercicio para mantenerse activo a los 60 y más

A medida que envejecemos, el ejercicio se convierte en un componente esencial del bienestar integral, tanto físico como mental. Este artículo explora cómo la natación puede ser particularmente beneficiosa para las personas mayores, no solo por sus efectos en la salud física, sino también por su impacto positivo en la salud cerebral y la reducción del riesgo de demencia.

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Beneficios de la Natación

1. Salud física

La natación es una actividad de bajo impacto que es segura y efectiva para las personas mayores. Reduce el estrés en las articulaciones, lo que la hace ideal para aquellos con condiciones como artritis o problemas de movilidad. Los beneficios físicos incluyen:

  • Mejora de la capacidad pulmonar
  • Regulación de la presión arterial
  • Fortalecimiento muscular

2. Salud cognitiva

Diversos estudios han demostrado que la natación puede tener un impacto positivo en la salud cerebral:

  • Neurogénesis: Un estudio publicado en Frontiers in Aging Neuroscience indica que la natación promueve la formación de nuevas neuronas en el hipocampo, una región crucial para la memoria y el aprendizaje.
  • Liberación de neurotransmisores: La natación estimula la producción de serotonina y dopamina, que ayudan a reducir el estrés y la ansiedad, factores que pueden contribuir al deterioro cognitivo.

3. Prevención del sedentarismo

En México, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2022 nos muestra un panorama alarmante. En nuestro país somos cada vez más sedentarios y menos activos; actualmente, sólo 1.5% de los niños y niñas, 4.7% de los adolescentes, 4.0% de los adultos y 1.5% de los adultos mayores cumplen con las recomendaciones de los tres comportamientos del movimiento.

De no modificarse esta tendencia, para 2030 se esperan más de ocho millones de casos nuevos de enfermedades crónicas no transmisibles y condiciones de salud mental atribuibles a la inactividad física, de los cuales más de 55% corresponderían a casos de depresión, y 37%, a casos de hipertensión, con impactos económicos de cientos de millones de pesos para los sistemas de salud.

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Recomendaciones para comenzar

  • Frecuencia: Se recomienda nadar de 2 a 3 veces por semana.
  • Duración: Comenzar con sesiones de 20 a 30 minutos y aumentar progresivamente según las capacidades físicas.
  • Adaptabilidad: La natación permite ajustar el ritmo y la intensidad, lo que la convierte en una opción accesible incluso para quienes no han estado activos durante mucho tiempo.

Impacto en la calidad del sueño

La natación también se ha relacionado con mejoras en la calidad del sueño. Estudios en Sleep Health Journal sugieren que el ejercicio aeróbico moderado, como la natación, puede mejorar el descanso nocturno, lo que a su vez favorece la consolidación de la memoria.

Conclusión

Empezar a nadar a partir de los 60 años puede ser un punto de inflexión en la salud física y mental de las personas mayores. No se requieren grandes inversiones ni conocimientos técnicos avanzados; lo único necesario es el deseo de adoptar un estilo de vida activo.

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Nadar puede ser una herramienta preventiva clave para la salud del cerebro, el corazón y el estado de ánimo, haciendo de este hábito un regalo valioso para la calidad de vida en la madurez.

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