El misterio de la anguila europea

El misterio de la anguila europea

Los relatos europeos según los cuales las anguilas salen del lodo, del rocío y de entre los pelos de los caballos que caen al agua del río son ya parte del folclor. No fue hasta finales del siglo XIX cuando los naturalistas descubrieron que nacen en el mar, y apenas a principios del siglo XX descubrieron el sitio exacto donde eso ocurre.

La anguila común adulta viaja unos 6 400 km en busca de lagos, ríos y estanques donde reproducirse. Algunas serpentean a través de los campos inundados para llegar hasta las corrientes de agua que desembocan en el océano Atlántico.

La anguilas nadan a profundidades tan grandes que para los científicos es difícil localizarlas. La única prueba de que han realizado el viaje es su cría, que se encuentra en el Mar de los Sargazos, al norte del Océano Atlántico, a la latitud de las costas de Florida. Las calmas y lentas aguas de estos mares ofrecen condiciones favorables para el desarrollo de las larvas de la anguila. El agua cálida (20°C) puede encontrarse a profundidades de hasta 460 m; es ahí donde las anguilas adultas depositan sus huevos para después morir.

Las larvas de las anguilas son tan diferentes de sus padres, que los científicos tardaron mucho tiempo en saber qué eran. Tienen el aspecto de hojas transparentes de sauce, y miden menos de 1.3 cm de longitud. En su primer verano, descienden a unos 180 m bajo la superficie del mar y son arrastradas por la corriente. Éste es el inicio de un viaje de tres años a Europa, durante el cual crecen hasta medir unos 7.5 cm de longitud.

Las jóvenes anguilas llegan a las costas europeas a principios del invierno; se reúnen en estuarios y se transforman en adultos miniatura grises o negros. Acuciadas por el deseo de agua dulce, comienzan a nadar río arriba. Los machos se detienen en sitios bajos, pero las hembras llegan más lejos y se dispersan en las corrientes acuáticas donde viven de cinco a ocho años. Un otoño, las anguilas sienten la necesidad de buscar agua salada y reproducirse. Esta necesidad las obliga a realizar su viaje final al Mar de los Sargazos.

La forma en que las anguilas encuentran el camino a Europa es un misterio para los científicos. Ellas buscan el agua dulce, aunque no la conozcan. Quizá simplemente siguen las corrientes del Océano Atlántico o navegan guiadas por el campo magnético de la Tierra.

La verdad todavía no se sabe.

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