El papel de las emociones en el dolor de espalda
Debes conocer que los sentimientos reprimidos no solo afectan a tu vida, sino también a tu físico. Las preocupaciones, el estrés o la ansiedad son factores que terminan sobrecargando tu espalda.
¿Sabías que el dolor de espalda crónico puede estar relacionado con factores emocionales como el estrés y la preocupación?
Según la OMS, hasta el 80% de los casos de dolor de espalda no tienen una causa física definida. Además, estudios recientes señalan que esta condición es un problema de salud pública a nivel global, afectado principalmente a personas entre 45 y 54 años y siendo una de las principales causas de baja laboral. Es importante tener en cuenta el aspecto emocional en el tratamiento del dolor de espalda crónico.
Cuando tienes malas posturas, esto conlleva a que se produzca un fuerte dolor en la zona trasera del cuerpo. Sin embargo, las emociones también pueden provocar este tipo de molestias.
Debes conocer que los sentimientos reprimidos no solo afectan a tu vida, sino también a tu físico. Las preocupaciones, el estrés o la ansiedad son factores que terminan sobrecargando tu espalda.
La ciencia lleva décadas estudiando el modo en que nuestras emociones impactan en nuestro cuerpo. La psicología psicosomática, por ejemplo, analiza cómo algunas dolencias son el producto de factores mentales. Esto explica por qué cada vez más expertos no tienen prejuicios a la hora de admitir que la columna vertebral no solo es el soporte de nuestras cargas físicas, sino también de las emocionales.
De este modo, para conocer la causa de nuestro dolor de espalda, no siempre son suficientes las pruebas diagnósticas ordinarias como las resonancias magnéticas. La Universidad de Ciencias de la Salud de la Prefectura de Ibaraki, en Japón, destaca cómo el estrés suele mediar de manera significativa en las molestias lumbares de las mujeres. Como se puede intuir, esto no puede apreciarse en una radiografía.
Debes saber que los sentimientos y las molestias en el cuerpo están relacionados.
Es importante advertir que las emociones pueden ser tanto la causa principal como la secundaria del dolor de espalda. En efecto, y tal y como señala Harvard Medical School, no todas las personas responden igual frente a esta condición. Las respuestas al dolor varían de persona en persona, así como el grado en que las emociones interfieren en el proceso.
Al hablar de energía, la espalda representa el apoyo, y los problemas en ella pueden indicar un exceso de responsabilidad que no quieres aceptar o la sensación de que no recibes el apoyo que necesitas.
Así, los dolores en cuello y espalda corresponden a distintas emociones contenidas:
Harvard apunta que hay algunas terapias psicológicas que pueden ser realmente útiles para el dolor de espalda.
Estas medidas ayudan a reducir las vulnerabilidades psicológicas que ya existen, modifican la forma en que la persona percibe el dolor y también alivian los factores psicológicos que hacen que su dolor persista.
Es importante cuidar nuestras emociones tanto como cuidamos nuestra alimentación y no olvidar el movimiento. Mantener un cuerpo activo y una mente despejada son claves para una buena salud.