La gente consume información y produce información, se comprometen
Actualmente a todos se nos hace muy común tener una cuenta en Facebook o Twitter, pero no le damos la importancia al papel que las redes sociales juegan
como medios de comunicación. El mundo ya no gira en torno a la televisión y al radio, al contrario, parece ser que las nuevas generaciones están dejando de informarse a través de ese modo.
En los años 60 y 70 las personas inconformes con alguna causa, gubernamental o laboral, demostraba su molestia a través de las marchas y manifestaciones, esto se sigue haciendo en nuestro tiempo, con la gran diferencia de que puede ser visto en todo el planeta y de forma inmediata, ¿cómo? A través de las Redes Sociales.
En el derrocamiento de los regímenes de Túnez y Egipto, así como en el resto de revueltas árabes que comenzaron a principios del 2011, ha jugado un papel determinante Internet, y en particular las redes sociales. Después en Europa hubo movimientos de protesta, como el 15-M (movimiento de los indignados en España que inició el 15 de mayo), que han importado este uso de las plataformas online para convocar y coordinar sus propias protestas. ¿Dónde reside verdaderamente el poder de estas herramientas que han podido sustituir el apoyo de los medios de comunicación tradicionales?
Las revueltas acaecidas en Oriente Próximo resultaron una sorpresa para muchos analistas, sociólogos y expertos en política internacional. Aparentemente surgidas de una forma espontánea, sin el liderazgo de organizaciones poderosas ni un movimiento estructurado, lograron derrocar a los líderes de dos regímenes dictatoriales, Egipto y Túnez, que habían gobernado durante varias décadas, provocando también reformas en otros países.
El caso más claro, donde se ve la importancia de Internet y de las redes sociales, fue Egipto. Un estado de más de 80 millones de habitantes, que vivía una dictadura desde hacía treinta años y cuyo jefe de estado, Hosni Mubarak, tenía fluidas relaciones con el mundo occidental. La llama de Túnez prendió en el país del Nilo y en enero comenzaron las protestas. Tras varias manifestaciones y disturbios se fijó una fecha clave: el martes 25 de enero.
Días antes empezó a funcionar en Twitter el hashtag #25jan, que sirvió para calentar los ánimos y difundir la convocatoria de las protestas, bautizadas como el ‘Día de la Ira’.
También circuló el vídeo de una egipcia, Asmaa Mahfouz, que en un emotivo mensaje llamaba a la movilización de sus compatriotas el 25 de enero. La difusión de este vídeo fue viral. En YouTube obtuvo miles de visitas, se compartió en las redes sociales y se distribuyó por buena parte de la blogosfera.
El gobierno se vio desbordado y bloqueó Twitter y las redes telefónicas móviles, en un movimiento claro que intentaba cortar los canales de comunicación de los manifestantes. Al día siguiente Facebook y otros servicios también fueron censurados. Esto pudo convertirse en un nuevo detonante. La gente que sólo estaba escribiendo en blogs o en cualquier otra plataforma ya no tenían otra vía para manifestar su descontento que salir a la calle.
Las revueltas árabes y las protestas en Europa son diferentes en muchos aspectos, pero tienen en común la falta de respaldo de organizaciones o asociaciones con influencia, lo que al principio les vetó el acceso a los medios de comunicación tradicionales. En el caso de los regímenes dictatoriales de Oriente Próximo y el Magreb la situación ha sido mucho más drástica y la censura por parte de los gobiernos impedía que se dijera una palabra sobre lo que estaba ocurriendo.
Pero no todos se remite a manifestaciones y revoluciones, también sirven en otros casos:
Ayuda en casos de desastre
Por ejemplo, en octubre pasado los neoyorquinos sin electricidad volcaron a Twitter para informar sobre el huracán Sandy, como el estado del transporte y la disponibilidad de gasolineras.
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Ahora todos los teléfonos inteligentes (Smartphone) vienen con una buena cámara. Es parte de la nueva sociedad guardar en una imagen cualquier cosa que estén haciendo durante la comida, en casa, en el concierto, fiestas, reuniones, escuela, cualquier actividad, y la aplicación de Instagram, una red gratuita con casi 100 millones de usuarios, les permite “retocar” sus capturas, cosas que antes se hacían en un estudio fotográfico o a través de un costoso curso de fotografía, y en cuestión de segundos compartirlas con sus amigos, lo que crea una exposición artística instantánea que nunca se acaba.
Es una realidad que el papel de los medios tradicionales de comunicación, está amenazado. como también es un hecho que el papel de las redes sociales es mucho más importante del que se cree, no es sólo para ver que están haciendo tus conocidos, también es una importante fuente de información si así lo quieres utilizar.
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