En las profundidades del cosmos, las “guarderías estelares” trabajan cada vez menos. Distintas observaciones astronómicas han confirmado que la formación de nuevas estrellas disminuye a medida que el universo envejece, marcando un cambio profundo en la evolución cósmica.
Hace aproximadamente 10 000 millones de años, el universo vivió su máximo de actividad estelar en un periodo que los científicos llaman el “Mediodía Cósmico”. Allí se produjo la mayoría de las estrellas que hoy vemos. Desde entonces, la tasa de formación ha ido cayendo de forma constante.
Los astrónomos estiman que alrededor del 95 % de todas las estrellas que existirán ya se formaron, lo que sitúa a nuestro cosmos en una etapa dominada por estrellas ya “maduras” y no por nacimientos continuos.
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¿Por qué se reduce el nacimiento de estrellas?
La clave está en el agotamiento del combustible cósmico. Las estrellas se forman en nubes gigantes de gas y polvo en las galaxias. Con el tiempo, este gas va siendo consumido y las reservas se agotan, lo que significa menos material disponible para nuevas estrellas.
Además, estudios astronómicos han observado que la temperatura del polvo cósmico en las galaxias ha disminuido, lo que indica una menor actividad estelar reciente.
Aunque la muerte de estrellas libera algunos elementos al espacio, este “reciclaje” no es completamente eficiente; cada generación estelar tiene menos material para continuar el proceso.
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Un destino esperado para el universo
Este descenso en la formación estelar encaja con conceptos teóricos sobre el destino final del cosmos. Una de las hipótesis más discutidas es la llamada “Gran Helada” o muerte térmica del universo, un estado en el que la energía se dispersa tanto que ya no queda suficiente para formar nuevas estrellas ni sostener procesos energéticos a gran escala.
Aunque este escenario estaría a una escala temporal inimaginable —con estimaciones que hablan de un universo estelar activo por hasta 10 100 mil millones de años— el hecho de que la formación estelar ya esté disminuyendo muestra que el cosmos, tal como lo conocemos, está envejeciendo.
El universo no se está “apagando” de inmediato, pero la fábrica de estrellas está bajando su producción. Nuestra galaxia y otras similares siguen brillando, pero con el paso del tiempo habrá menos luz nueva en el firmamento, y el cosmos entrará en una era dominada por estrellas viejas y remanentes cósmicos.
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