¿El uso de tecnología digital reduce o aumenta el riesgo de demencia?
Tal vez la tecnología no sea tan mala para nuestro cerebro después de todo
Durante años, se advirtió que el uso excesivo de dispositivos electrónicos podría afectar la salud mental y provocar un deterioro cognitivo prematuro. Incluso, el neurocientífico alemán Dr. Manfred Spitzer acuñó el término “demencia digital” en 2012 para describir los posibles efectos negativos del uso intensivo de pantallas. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en Nature Human Behaviour da un giro sorprendente a esta narrativa: el uso moderado y estratégico de la tecnología digital puede reducir el riesgo de demencia en adultos mayores.
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El estudio, liderado por Michael K. Scullin, PhD, profesor de psicología y neurociencia en la Universidad de Baylor, y Jared F. Benge, PhD, de la Universidad de Texas en Austin, analizó datos de más de 400,000 adultos mayores, provenientes de 136 estudios. ¿El hallazgo más impactante? Las personas que usaban tecnología digital tenían un 58% menos de riesgo de deterioro cognitivo. Y lo más relevante: en el 90% de los estudios revisados, la relación entre tecnología y salud cerebral fue positiva, incluso considerando factores como educación, salud general y estilo de vida.
“El gran temor era que los dispositivos digitales empeoraran las tasas de deterioro, pero los datos indican lo contrario”, explicó Scullin a Medical News Today. Su hipótesis: las tecnologías digitales estimulan el cerebro, fortalecen la memoria y facilitan la conexión social, dos factores clave para la salud cognitiva.
Desde aprender a usar un smartphone hasta enviar correos o hacer videollamadas, el uso cotidiano de estas herramientas implica procesos mentales activos que estimulan la neuroplasticidad. “Buscar información en línea o aprender nuevas aplicaciones puede ser más estimulante que ver televisión pasivamente”, explicó Benge.
El psiquiatra Dr. Gary Small, del Hackensack University Medical Center en Nueva Jersey, respaldó esta idea con datos propios. Hace más de una década, su equipo observó, mediante escáneres cerebrales, una mayor activación neural en adultos mayores que utilizaban Internet. “Buscar en línea fortalece los circuitos del pensamiento y la memoria”, aseguró.
Además, la tecnología tiene un valor práctico: ayuda a mantener la independencia. Recordatorios digitales, calendarios y alarmas permiten compensar fallos de memoria y mejorar la organización diaria.
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Aunque los beneficios están claros, los expertos también advierten que el uso excesivo puede provocar fatiga mental y estrés, factores que sí afectan negativamente al cerebro. Por eso, el Dr. Small recomienda:
Tomar descansos regulares de las pantallas.
Pedir ayuda si alguna herramienta digital resulta frustrante.
Usar la tecnología como puente para mantener conexiones sociales.
El envejecimiento poblacional trae consigo un aumento en los casos de demencia. Y si bien no existe una cura definitiva, sí hay formas de reducir su riesgo. La tecnología, lejos de ser el villano, puede convertirse en una aliada clave —si se usa con inteligencia y equilibrio— para mantener un cerebro activo, conectado y funcional.