Para un olor a comida que parece desvanecerse, puedes tomar una acción menos drástica creando un olor agradable para abrumar al desagradable. Para ello, cocina a fuego lento algunas cáscaras de naranja y canela en agua durante unos minutos.
Luego apaga la llama y deja la olla abierta con agua tibia y perfumada en la estufa todo el día.
No hay nada de malo en que una cocina huela a comida. Pero si un olor a comida se vuelve desagradable, los químicos de alimentos dicen que la solución rápida es quemar tostadas. Así es: quema una rebanada de pan en la tostadora. Eso absorberá el olor persistente.
Solo asegúrate de que el pan no se incendie. Por supuesto, ahora tienes una cocina que huele a tostadas quemadas, pero este olor al menos no durará mucho.
El primer curso de acción es el obvio: olfatea rápidamente al culpable maloliente que acecha en tu refrigerador y deshazte de él. Para absorber los olores persistentes, el bicarbonato de sodio realmente funciona.
Es posible que ya tengas una caja abierta en tu refrigerador para evitar malos olores. Pero para deshacerte de un olor que ya está allí, vierte una taza de bicarbonato de sodio fresco en un plato y déjalo dentro del refrigerador por un día.
Para olores más fuertes, llena un plato con café molido seco sin usar y déjalo en el refrigerador por varios días. Los granos de café recién molidos funcionan mejor.
Para los olores agrios, el carbón a menudo funciona increíblemente bien. Simplemente coloque varias briquetas en un plato y déjelas absorber el olor durante unos días.
Primero saca toda la comida y colócala en una hielera cerrada con una bolsa de hielo para que no tengas que preocuparte por eso. Desenchufa el frigorífico. Exprime un limón en una taza de agua, echa las cáscaras también y calienta el líquido en la estufa.
Vierte esta agua caliente con limón en un recipiente, coloca el recipiente en el refrigerador, cierra la puerta y espera unos minutos. Esto comenzará a eliminar el olor pero, lo que es más importante, también aflojará las acumulaciones de comida en las paredes y estantes, haciéndolas más fáciles de limpiar.
Ya sea que hayas manipulado pescado en la cocina o en el agua, esta es una manera segura de deshacerte de ese olor a pescado: corta un limón por la mitad y exprime cada mitad sobre tus manos. Frótate las manos y enjuágalas.
Si no tienes limón a la mano y tus manos huelen a pescado, vierte una cucharadita de jabón de manos en la palma de tu mano. Agrega una cucharada de azúcar al jabón y frota bien la mezcla sobre tus manos. Luego enjuaga. La combinación de jabón y abrasión del azúcar eliminará el olor.
Algunos chefs apuestan por el acero inoxidable para eliminar el olor a pescado. Frota tus manos en tu fregadero o accesorios de acero inoxidable y luego lávate las manos como de costumbre.
Si planeas comer en la cocina y no tienes tiempo para esperar, o si el humo se abre camino hacia el comedor, donde pronto se reunirán todos tus invitados, es hora de entrar en acción. Abre todas las puertas y ventanas de la cocina para que el aire se mueva.
Coloca un ventilador portátil junto a una puerta o ventana que se abra al exterior o que se aleje de donde están los invitados o donde comerás. Mira el ventilador de modo que salga a través de una puerta o ventana.
a habitación estará despejada en unos minutos, o diez minutos como máximo si realmente tiene mucho humo.
Otra forma para quitarle el olor a humo a la cocina es con vinagre. Si tienes tiempo, existe una manera muy fácil de eliminar el olor o humo de una habitación. Coloca un tazón poco profundo de vinagre, que absorberá el olor a medida que se disipa el humo.
Conoce la diferencia entre el vinagre de manzana y el vinagre blanco.
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