Si has pasado tiempo en la playa, es probable que hayas sentido la serenidad que se siente al sentarse en la arena y contemplar la inmensidad del océano mientras escuchas el sonido de las olas del mar y las aves marinas. Todo ello se combina para hacerte sentir alegre y tranquilo, lo que se traduce en un estado emocional general mejorado.
Y todo esto, está científicamente comprobado. Pues de acuerdo a un estudio de la Universidad Estatal de Michigan (MSU). Aquellos que residen cerca del océano experimentan significativamente mejor salud mental en comparación con aquellos que viven a distancias más alejadas de la costa, según la investigación publicada en la revista Health & Place.
El estudio, dirigido por la profesora Amber Pearson de la Universidad Estatal de Michigan, examinó a más de 15.000 residentes de Wellington, una ciudad costera. Los investigadores descubrieron que las personas que vivían a menos de un kilómetro del océano tenían un 22% menos de probabilidades de reportar síntomas de ansiedad o depresión que las personas que vivían a más de 50 kilómetros del océano.
Los investigadores creen que la vista al mar puede tener un efecto calmante en el cerebro. Los sonidos del océano, como las olas rompiendo y las gaviotas volando, pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad. Además, el color azul del océano se ha asociado con sentimientos de calma y tranquilidad.
El estudio también encontró que:
Pearson cree que esto se debe a que los espacios verdes creados por el hombre, como los campos deportivos y los parques infantiles, no ofrecen los mismos beneficios que los entornos naturales, como los océanos y los lagos.
Los hallazgos del estudio sugieren que la ubicación de las viviendas puede tener un impacto en la salud mental de los residentes. Las personas que viven cerca del océano pueden tener un menor riesgo de desarrollar síntomas de ansiedad o depresión.
Asimismo, para medir los niveles de estrés y angustia, se analizaron los datos de la encuesta de salud realizada por dicho país oceánico. La cual utilizó la escala de angustia de Kessler, que se usa como un predictor de ansiedad y trastorno del ánimo, de acuerdo al artículo.
Además, se tuvo en cuenta la edad, el sexo y otros factores del lugar, los cuales permitieron concluir que tener una vista al océano aporta significativamente a la salud mental y tranquilidad de una persona.
Estar en la playa y mirar el mar resulta sanador. Ya que la sensación de felicidad que se produce al hacerlo ayuda a reducir el cortisol (hormona del estrés) y regula los niveles de serotonina, neurotransmisor que ayuda a combatir los efectos de la ansiedad, la depresión y el estrés.
Además, el vaivén de las olas y el sonido rítmico que producen evocan el latido del corazón, que el inconsciente tiene grabado desde que estabas en el vientre de tu madre y que resulta un sonido tranquilizador, relacionado con la seguridad y la protección.
Con información de Vanguardia
Descubre por qué no debes quedarte sentado más de lo necesario.
La salud neurológica es una preocupación creciente en todo el mundo, con un notable aumento…
El sueño es un proceso biológico fundamental para la salud física y mental. Cuando este…
Aunque puede ser difícil de describir, este síntoma suele ser la señal de que algo…
Un microbioma intestinal saludable podría ayudar a las personas con EII, pero ¿deberían los probióticos…
Aprende consejos prácticos y encuentra 15 ideas fáciles para mantenerte en el camino hacia una…
Esta web usa cookies.