Para descifrar el lenguaje corporal de un cachorro, se necesita la experiencia y la guía de una experta. Zazie Todd, adiestradora y fundadora del blog Companion Animal Psychology, te explica cómo decodificar el comportamiento de tu mascota.
Espera un castigo, aunque no necesariamente sabe que lo que hizo está mal. Alexandra Horowitz, profesora de la Universidad Barnard de Nueva York, quien investiga la cognición canina, puso a prueba esa mirada “de culpa” en 2009. Al final, dicho gesto no lo provocaba la fechoría del animal, sino el previsible regaño del dueño.
Estudios posteriores de la Universidad de Cambridge no encontraron evidencia que apuntara a que los canes sintieran culpa, una emoción secundaria y más compleja que una primaria, como el miedo.
Está estresado (el movimiento de la lengua no se parece al de “están por darme un premio”, sino que es más bien uno rápido, en el que sube la lengua hacia la nariz).
Hace poco, dos artículos europeos subrayaron el significado de esta expresión corporal. Uno de ellos llegó a la conclusión de que era una respuesta canina al ver una cara humana enfadada o agresiva en la pantalla de una computadora; el otro determinó que los cuadrúpedos se relamen el hocico —y también desvían la mirada— en respuesta a una amenaza moderada.
Si detectas este ademán, trata de reducir el nivel de estrés de tu mascota. La solución podría ser tan sencilla como darle más espacio físico.
Los ruidos son terroríficos. Si bien esa es una reacción común, hay una cantidad sorprendente de personas que no se dan cuenta de que temblar (y esconderse o buscar acercarse a las personas) son señales de miedo.
Aunque solo la cuarta parte de los dueños dice que sus perros le temen a los ruidos fuertes, la mitad refiere los comportamientos descritos, según revela una investigación publicada en la revista Applied Animal Behaviour Science.
Acaricia a tu perro y quédate cerca de él si crees que eso lo consolará. A largo plazo, organiza un plan: la desensibilización (exposición gradual) y el contracondicionamiento (asociar el estímulo traumático a una experiencia positiva) son eficaces; también puedes hablar con el veterinario para medicar a tu animal de compañía.
Está nervioso. Algunos signos obvios de que tu perro no está contento son esconderse o tratar de irse del consultorio, pero muchas veces no se detectan otras señales como esconder la cola, bajar las orejas o temblar.
Si él se estresa con las consultas veterinarias, pregunta qué puedes hacer. Hay muchos veterinarios que usan la comida para hacer más placentera la consulta.
5. Si se inclina hacia ti mientras lo acaricias…
¡Le gusta! Si no estás seguro de que tu perro disfrute de tu cariño, deja de acariciarlo y nota su reacción. Esto se llama prueba de consentimiento. Si decide alejarse, no lo sigas haciendo.
Otros signos de rechazo pueden ser olfatear el piso, desviar la mirada y respirar con agitación. Sin embargo, si se apoya sobre ti o te toca con las patas para que sigas, es seguro que le encanta; puedes continuar.
Las partes del cuerpo en las que más les gusta que los acaricien son los costados del torso y debajo del hocico.
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