Esta enfermedad afecta a perros viejos de raza pequeña y mediana
En sus primeras etapas, el soplo cardiaco es detectado en perros de manera incidental durante las revisiones de rutina pues apenas es audible.
Las válvulas cardiacas son una especie de compuertas que están dentro del corazón de los perros y sirven para evitar que la sangre que pasa por este, no se regrese, es decir mantienen un flujo en una dirección de la sangre dentro del corazón.
Estas válvulas pueden degenerarse por numerosas razones, desde inflamación por bacterias (endocarditis) hasta crecimiento anormal del tejido cardiaco o masas. La más común de todas ellas es la degeneración mixomatosa (el tejido fibroso de las válvulas se sustituye por otro tipo de tejido) que deforma a la válvula y provoca su engrosamiento.
Estas degeneraciones dan lugar a un signo conocido como soplo cardiaco, el cual es un reflujo de sangre durante el paso por la válvula de una cámara a otra durante el latido cardiaco (al no cerrar bien la válvula la sangre se regresa y choca con la sangre que va entrando a las cámaras del corazón).
La degeneración valvular afecta principalmente a perros viejos, por lo general de raza pequeña y mediana, aunque también se llega a presentar en razas grandes y con mayor prevalencia en machos.
Cuando se encuentra en sus primeras etapas, el soplo cardiaco es detectado de manera incidental durante las revisiones de rutina pues es apenas audible y los perros por lo general no presentan signología, ya que el corazón compensa las deficiencias que conlleva la regurgitación de sangre, como es la menor cantidad de irrigación sanguínea al cuerpo.
Una vez detectado el soplo, se recomienda realizar estudios de gabinete a los perros, como son radiografías de la silueta cardiaca, electrocardiograma y ecocardiograma (ultrasonido cardiaco) con el fin de dar una clasificación a la mascota, además de pruebas de sangre en las que se incluye bioquímica sanguínea y hemograma.
A partir de ese momento, los perros deberán tener un seguimiento de al menos cada 6 meses para vigilar cualquier cambio que pueda existir. Por lo general en las primeras etapas no es necesaria medicación, o se mantiene solo con alimento de prescripción baja en sodio y con algunas proteínas que favorecerán la salud del músculo cardiaco.
La siguiente etapa se caracteriza por soplos más audibles, y es común que los perros se presenten a consulta por historia de tos o intolerancia al ejercicio, esto se debe a que, aun cuando el corazón continua compensando, existen cambios en él por exceso de trabajo, como crecimiento del mismo y su consiguiente compresión de los pulmones y desplazamiento de la tráquea, además, la cantidad de sangre que se regresa es mayor, teniendo como resultado la intolerancia al ejercicio debido a la falta de irrigación muscular.
En esta etapa, también puede haber lesión en riñones y en el hígado por la misma falta de irrigación, y se deberán realizar los mismos estudios de gabinete ya mencionados, pero además, muy probablemente se iniciarán, además de la dieta, medicaciones para evitar repercusiones secundarias a la enfermedad del corazón.
Las etapas avanzadas o terminales se caracterizan por una descompensación parcial o generalizada de los perros. En este punto, el soplo es no solo audible fácilmente, sino hasta detectable como una vibración en la zona del tórax.
Dado que el corazón ha intentado compensar por mucho tiempo, al llegar a este momento existe una salida de líquido de las venas a otros espacios como el tórax o la cavidad abdominal secundarios a la congestión, esto se conoce como ascitis y edema pulmonar, dependiendo de la zona en la que se encuentre.
En etapas avanzadas también se observará pérdida de la masa muscular debido a la falta de irrigación, intolerancia total al ejercicio, sincopes (desmayos), y por lo general tos productiva.
Llegado a este momento, el perro requerirá manejo inicial intrahospitalario, pues se requieren dosis altas de diuréticos para estabilizar el edema y la ascitis, además, serán necesarios nuevamente los estudios antes mencionados, así como medicación que incluya reguladores de presión arterial, medicamentos que ayuden al corazón a contraerse eficientemente y diuréticos.
La enfermedad valvular degenerativa, como su nombre lo indica es un proceso que avanza a distintos ritmos según la mascota y no existe hasta el momento una cura para ello, de modo que el tratamiento está enfocado a mantener la estabilidad del paciente, así como a brindarle calidad de vida por lo que es de suma importancia mantener sus chequeos y estudios control con regularidad, pues de ello depende que el paciente se mantenga estable por más tiempo.