En un estudio, los participantes usaron una técnica de respiración para elevar su temperatura corporal central a 38 grados. Para empezar, inhala profundamente. Al exhalar, contrae tus músculos abdominales y pélvicos para que la parte inferior de tu vientre tome la silueta de un jarrón redondeado. Algunos practicantes también recomiendan visualizar una llama en la columna vertebral.
Para algo más simple, prueba una de las respiraciones básicas de yoga: ujjayi o “victoriosa”. Aprieta la parte trasera de tu garganta mientras respiras lentamente por la nariz; hacerlo aumentará el trabajo de los músculos involucrados en la respiración, lo que ayudará a generar calor interno.
Las capas de ropa atrapan el calor y ayudan a prevenir el sudor (que hará que sientas más frío). Comienza con una prenda que se pegue a tu cuerpo y que esté hecha de un material que se seque rápido, como poliéster, seda o cualquier tela sintética (evita el algodón, pues tardará en secarse). Agrega una blusa de manga larga, un cárdigan o un chaleco.
Termina con un abrigo de lana. Si quieres una capa adicional entre tu abrigo y tú, invierte en un suéter hecho con lana de calidad: es uno de los mejores aislantes que nos ha dado la naturaleza.
Para una camita deliciosa, recurrir a varias mantas ayudará a atrapar el calor. Comienza con sábanas de franela. Después coloca tu manta más esponjada, y cubre con mantas delgadas, sugiere Mental Floss. Si tu cama suele estar apoyada contra una pared, sobre todo si da al exterior de tu casa, sepárala un poco del muro en la temporada de frío.
Si necesitas salir por mucho tiempo, dale combustible a tu cuerpo y come algo que se digiera con lentitud. “Cuando tu cuerpo inicia la digestión, sientes calor porque tu cuerpo tiene que proveer energía para ese proceso”, explicó Barry Swanson, profesor y científico en alimentos en la Universidad Estatal de Washington, a Time. “La grasa se mueve con lentitud por el sistema digestivo”.
Un alpinista dijo a Oprah.com que su ingrediente secreto es la mantequilla: “me preparo un chocolate caliente y le agrego media barra de mantequilla. Sabe bien, genera calor y te mantiene así cuando estás congelándote en una tienda de campaña”.
Usa un nudo oculto para proteger tu cuello y tu pecho del frío. Pliégala en la parte delantera de tu cuello de forma que cuelgue hacia atrás, sobre tus hombros. Después cruza los extremos detrás de tu cabeza y pásalos al frente. Cruza los extremos uno sobre el otro y haz un nudo suelto con ellos. Coloca el nudo debajo de tu bufanda.
Un estudio detectó que la nostalgia entibia el corazón. Los participantes que recordaron un evento nostálgico (en comparación con un evento ordinario) tenía una mayor tolerancia al frío intenso. La próxima vez que estés en exteriores y haga mucho frío, invoca a tus recuerdos alegres de volver a casa a una fiesta sorpresa o de abrir los regalos en la mañana de Navidad.
Las bebidas calientes y las sopas harán que sientas más calor, aunque sea por un rato. Los fluidos calientes no elevan tu temperatura interna pero te darán esa impresión, afirma el doctor Michael Cirigliano, profesor de medicina en la Universidad de Pennsylvania. “Tu boca es una de las partes más sensibles de tu cuerpo”, dice.
El líquido caliente en esta área sensible te dará la sensación de que tienes calor. Además, un estudio descubrió que las personas que sujetaron brevemente una taza de café caliente (y no un frappé) tuvieron mejores opiniones sobre los demás.
“El jengibre es una hierba estimulante”, dijo Judy Griffin, especialista en herbolaria. Esto significa que puede aumentar la circulación. “Te entibia desde adentro”, dice. Pero el que el jengibre tenga esta virtud no significa que ocurra igual con todas las especias: otros alimentos picantes pueden hacerte sudar, lo que bajará tu temperatura corporal.
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