La risa, remedio infalible: Entran dos chicos al aula
La rubia señora de un rubio caballero acaba de dar a luz un bebé negrito. En tono un poco burlón, la enfermera le pregunta al papá...
Entran dos chicos al aula cuando la clase ya ha comenzado, y la maestra, evidentemente enojada, le dice a uno de ellos:
—Alumno, ¿por qué llegó tarde?
—Es que estaba soñando que viajaba por el mundo. Recorrí muchos países, y por eso me desperté un poco tarde.
—¿Y usted, alumno? —le pregunta la maestra al otro chico.
—¡Yo fui al aeropuerto a recibirlo!
La rubia señora de un rubio caballero acaba de dar a luz un bebé negrito. En tono un poco burlón, la enfermera le pregunta al papá:
—¿No le parece raro que su mujer haya tenido un hijo negro?
—En absoluto —contesta tranquilamente el hombre—. Mi esposa siempre quema todo.
Tomado de Catón, Amor y humor, México
Día de campo
Un sujeto le cuenta a un amigo:
—Desde que me casé, hace ya varios meses, mi vida ha sido un día de campo interminable.
—¿De verdad? ¿Tan feliz te hace tu mujer? —le pregunta el otro tipo, sorprendido.
—No. Es que sólo comemos sándwiches en platos desechables.
Pregunta: ¿Cuál es el libro religioso de los caníbales?
Respuesta: Mil maneras de servir a tu prójimo.
Pregunta: ¿Por qué metieron a la cárcel al rompecabezas?
Respuesta: Porque estaba armado.
Enviado por María García, México
Un hombre le dice a otro:
—Me metí a boxear para bajar de peso.
—¿Y cuánto bajaste?
—Cuarenta y siete gramos —responde el tipo con tristeza.
—¡Eso no es nada!
—¿Cómo que no es nada? —replica el hombre—. ¡Eso pesaban todos mis dientes!
Llega un señor a su casa y en tono indignado le dice a su esposa:
—A ver, mujer, ven acá. Me contaron que me has estado engañando con un policía.
—Negativo, pareja, negativo —le contesta ella.
Enviado por Diana Morán, México
Un niño de cuatro años encuentra una gaviota muerta en la playa y voltea a ver a su padre.
—¿Qué le pasó, papi? —le pregunta con gesto afligido.
—Se murió y se fue al cielo —responde el padre.
—¿Y Dios la lanzó de vuelta?
Había un niño tan, pero tan fanático de los videojuegos, que cuando se murió escribieron en su lápida: “Game Over”.