Entre niños: Al llegar a casa me gusta relajarme…
Olive, mi nieta de tres años, a menudo se acerca y se sienta en mis piernas mientras lo hago. Un día, mi hija, la mamá de la niña, nos vio juntos...
Al llegar a casa del trabajo me gusta relajarme leyendo una revista.
Olive, mi nieta de tres años, a menudo se acerca y se sienta en mis piernas mientras lo hago. Un día, mi hija, la mamá de la niña, nos vio juntos y le preguntó a la pequeña:
—¿Qué haces, Olive?
—Nada, pasando el rato con tu papá —dijo ella con desparpajo.
Leonard Adams, Canadá
Cuando mi hija Katie tenía dos años, instalamos una piscina inflable en el jardín de nuestra casa. El verano siguiente visitamos a mis padres en su casa de campo. Cuando estábamos a punto de meternos a nadar al lago, la niña se detuvo, algo confundida, y le preguntó a mi papá: “Oye, abuelito, ¿quién limpia tu piscina?”.
Debbie Maddock, Estados Unidos
Tras un servicio religioso que di, la mamá de un niño de unos siete años se acercó para contarme cómo había logrado que el pequeño permaneciera sentado y callado. Más o menos a la mitad del sermón, se inclinó hacia él y le dijo en voz baja: “Si no te quedas quieto, el pastor Charlton perderá la concentración y tendrá que empezar otra vez”.
gcfl.net
En una boda a la que asistí hace poco, el novio y los padrinos estaban de pie junto al altar, esperando impacientes la llegada de la novia. Mi sobrina de tres años, que estaba sentada a mi lado, también empezó a ponerse ansiosa. En determinado momento señaló a los hombres y gritó: “¡Ya quiero saber a cuál va a escoger la novia!”.
Ruth Muchemore, Estados Unidos
Mi hija de seis años solía ver cómo me aplicaba crema en el rostro todas las noches. Una vez, mientras lo hacía, preguntó:
—Mami, ¿por qué te pones eso?
Respondí que era para mantenerme joven y saludable.
Entonces la niña dijo:
—¿Y cuándo se supone que va a empezar a funcionar?
Tanya Chapman, Canadá
Una mañana, cuando mi hermano Andy tenía cuatro años, mi mamá nos llevó en auto a la escuela. Antes de girar en una calle, puso la direccional. Andy le preguntó, intrigado:
—Mami, ¿qué es ese ruido como un tictac?
Ella sonrió y lo miró desde el espejo retrovisor.
—Es para que los otros coches sepan que voy a dar vuelta —dijo.
Mi hermano se quedó pensativo unos segundos y luego repuso:
—Pero, mami, ¡no creo que los demás coches puedan oírlo!
Gwen Hill, Reino Unido
Mi hijo de cinco años escribió “kmnfwcz” en la computadora, señaló la pantalla y dijo: “Eso es ‘No me gustan los chícharos’ en inglés”.
@dooce