También les permite estimular todas las partes del cuerpo y cerebro para mantenerse activos y canalizar la energía de manera adecuada.
“Actualmente existen muchos mitos sobre la edad ideal del inicio del entrenamiento, en mi experiencia, podemos iniciar desde los tres meses de edad que es el momento exacto en el que el cachorro se encuentra más receptivo y cuenta con la energía y disposición de aprender”, indicó José Pablo López, entrenador profesional.
Un perro entrenado es un perro educado que sabrá enfocar la energía y comportarse de manera adecuada en cada situación sin necesitad de regaños en repetidas ocasiones, además esto le brindará muchos más momentos de felicidad gracias a la disminución del estrés que hará notar más su alegría y amor creando vínculos mucho más cercanos.
Otro elemento primordial que debe ser tomado en cuenta es la alimentación. Es ideal que ésta contenga un alto nivel de proteína que le permita canalizar su energía y le dé un mayor rendimiento.
Primero que nada, se debe tener paciencia y compromiso, jamás olvidemos que es una tarea que requiere tolerancia, sobre todo para transmitirle a nuestro perro un ambiente de tranquilidad que le permita estar constantemente abierto al aprendizaje.
Es importante saber que es una tarea que no será fácil, aunque las órdenes sean simples, se requiere constancia y repetición para esto sea un comportamiento recurrente.
Si no es posible llevar a tu perro con un entrenador profesional, es importante que considerar los siguientes factores:
Métodos: Antes de optar por cualquier entrenamiento, documéntate y acude a un veterinario o etólogo para conocer el mejor método para entrenar a tu perro.
Espacio: Un lugar libre de distracciones te permitirá tener la mayor atención del perro. Busca un lugar o sitio relajado que te dé la oportunidad de conectarse, sentirse cómodos y escucharse con claridad.
Tolerancia: Es normal que el perro no responda a la primera, pero no quiere decir que no aprenderá, todo se trata de prueba, error y repetición hasta que se convierta en un hábito.
Momento: Idealmente se debe escoger un momento indicado, por ejemplo, cuando salgan a jugar o a pasear, no a la hora de comer u otra actividad que acostumbren hacer juntos.
Recuerda que después de comer no es lo ideal porque posiblemente el perro tenga sueño, no cuente con suficiente energía o no tenga una adecuada concentración.
Por último, lo más importante es el amor que le tengamos a nuestras mascotas, esto se verá reflejado en el tiempo que le dediquemos para que se sienta feliz, cómodo y finalmente aprenda a comportarse de manera positiva.
¿Qué cosas has enseñado a tu perro?
Fuente: IAMS
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