Familia

Cómo frenar las críticas ajenas cuando eres mamá

Aunque existen algunos mitos sobre la maternidad que no son ciertos, sí existe una gran verdad: ser madre en público es como pedir sin palabras que te critiquen. Y siempre llegará a donde más duele: a tu corazón.

Han pasado muchos años, pero recuerdo con claridad el día en que una mujer se nos acercó a mí y a mi pequeño para gritarme que era una mala madre… porque se había quitado los calcetines. En mi defensa, era verano, hacía mucho calor y así se sentía cómodo.

Pero aunque mi razonamiento era lógico (hasta hoy no parece que mi hijo haya sufrido un daño permanente por quitarse los calcetines), de todos modos me sentí avergonzada, me solté llorando y todos se me quedaron viendo. No soy la única madre que lo ha vivido, y los calcetines no son el único tema que sale a colación.

“Hoy en día parece estar de moda criticar a las madres”, dice Julie Burton, experta en paternidad y autora del libro The Self-Care Solution: A Modern Mother’s Must-Have Guide to Health and Well-Being. “Muchas personas ven a una madre con sus hijos y, sea abiertamente o en privado, de inmediato se sienten con derecho a opinar”.

Todo, agrega, es tema de debate: dar el pecho o alimentar con biberón, preferir los pañales de tela o desechables, volver a trabajar o quedarse en casa… Hasta la apariencia de la madre es criticable, con comentarios humillantes sobre cuán rápido “está recuperando su cuerpo”, ¡como si lo hubiera perdido!

Por fortuna, ya no tienes que quedarte callada y soportar la humillación. Aquí tienes cómo enfrentar las críticas y también cómo manejar las críticas de cualquier persona de la mejor manera.

Si quien te critica es un desconocido

La mujer que se me acercó en la tienda no era una amiga o vecina: era una mujer entrometida que no comprendió que las reglas de maternidad han cambiado en los últimos treinta años. Pero, como todas las madres lo saben, los bebés son un imán para recibir opiniones.

Así que si una persona que no conoces decide criticarte tienes un par de alternativas. Para empezar, no le debes una explicación o respuesta a nadie: alejarte es más que aceptable. Sin embargo, Burton dice, algunas veces puedes aprender algo hasta de un desconocido. “Los consejos no pedidos pueden ser difíciles de aceptar, pero algunas veces sí nos ayudan a ser mejores madres”, explica.

Tiene razón. Mi segundo hijo tenía un cólico intenso y ya no podía pensar de tanto que lloraba… hasta que una desconocida se me acercó en el zoológico y, sin que se lo pidiera, me explicó cómo sostenerlo para que se tranquilizara.

Funcionó como por arte de magia y hasta este día agradezco su intervención.

Si te critican en Internet

Algunos días parece que Internet fue inventada con el único propósito de humillar a las mamás. Abundan los artículos criticando las acciones y cuerpos de las madres, y los foros están llenos de “mamás perfectas” que tienen hijos perfectos y una gran capacidad para criticar a todas las demás.

Además, las redes sociales han abierto nuevos canales para que amigos, familiares y conocidos juzguen todas tus acciones, desde con qué alimentas a tus hijos hasta cómo duermen y a qué escuela asisten. No hay un detalle que se pase por alto, y los detalles más pequeños pueden iniciar una guerra virtual. Así pues, ¿qué hacer si te atacan en línea?

Desconéctate

En ocasiones, parece que las redes sociales son una trampa de la que es imposible escapar, pero en realidad, es la más fácil de todas. Aléjate de tu computadora, desconecta el Internet de tu teléfono y enfócate en algo más (como en tu adorable bebé).

Si las personas siguen criticándote en Facebook, tienes todo el derecho de borrar tu post o dejar de responder. Recuerda que tú eres quien decide qué dejas entrar a tu vida; si te está haciendo daño, elimina la basura digital.

Si te critica otra mamá

No hay nada peor que una madre que critica a las demás mientras sus propios hijos se portan mal, especialmente porque suelen ser expertas en saber qué te molestará más.

Aunque es muy tentador responder con tus propias críticas, escalar la pelea no hará que te sientas mejor, explica Burton. De hecho, en ocasiones lo mejor que puedes hacer es escuchar. Incluso aunque estés en desacuerdo con todo lo que dice, se sentirá oída, que es lo que la mayoría de las personas realmente desea. Y si hay una pizca de verdad en lo que dice (a pesar del modo en que lo haga), quizá te convenga dejar de lado tu orgullo.

“Aunque los padres quieren ver a sus hijos con objetividad, no pueden contemplarlos desde todos los ángulos. Si tienes confianza en ti misma y tu estilo maternal, podrás aceptar que no lo sabes todo y que otra madre podría ayudarte en algo que no estás alcanzando a ver”, explica, agregando que hay mucho por aprender de otras mujeres.

Esto no significa que debas aceptar los comentarios hirientes. “Si un consejo o comentario que no has pedido es destructivo, necesitas responder de forma diferente”, dice Burton.

Siéntete libre de decirle cómo te hace sentir, usando frases que empiecen con “yo creo” o “yo siento”, y evita acusarla o insultarla. Si no se detiene, no pierdas el tiempo tratando de demostrarle en qué se equivoca (lo más seguro es que no cambiarás su forma de pensar) y simplemente cambia de tema o termina la conversación.

Si te critica tu propia madre

No hay nada como tener un hijo para apreciar a nuestras madres… y no hay nada como tener un hijo para descubrir lo desesperantes que pueden llegar a ser. Tu madre (o suegra) seguramente tiene muchas opiniones sobre cómo criar al hijo perfecto, y en el proceso de compartirte su sabiduría podría avergonzarte. (¿Por qué tu casa está tan sucia? ¡Mi prioridad siempre fue tener la casa limpia para que tú y tus hermanos no se enfermaran!).

Puede ser muy fácil perder la paciencia, pero empieza por darle a tu madre el beneficio de la duda y reconocer que su motivación es el amor que siente por ustedes. Quiere ayudarte, así que reorienta su atención de aquello que le molesta (el piso sucio) hacia algo en lo que realmente podría ayudarte (como cuidar al bebé mientras te bañas… o limpiar el piso).

Tampoco creas que todos sus consejos son anticuados. Si te dice que es peligroso recostar a tu bebé sobre su vientre, corrígela con amabilidad. Pero si solo te está compartiendo sus trucos para que tus pequeños te ayuden más, mantén la mente abierta: quizá también te funcionen.

“Si la persona realmente quiere a tu hijo y su motivación para opinar es querer lo mejor para ambos, te conviene escucharla”, dice Burton. Vale la pena ser paciente para tener una buena relación con tu madre.

Si tu principal crítica… eres tú misma

Cuando somos madres, solemos ser nuestras críticas más despiadadas. Nadie es más intolerante ni más cruel que una mamá que se siente incapaz. Es muy fácil dudar de todas las decisiones que tomas y sentir que hasta los detalles más pequeños son cuestión de vida o muerte.

“Desde el momento en que te conviertes en madre, te ves rodeada por decisiones, desde la marca de comida para bebé qué comprarás hasta si dejarás a tu hijo adolescente ir a un concierto con sus amigos.

Las decisiones que toman padres y madres pueden ser confusas, abrumadoras y aterradoras: no sorprende que con frecuencia sientas miedo o ansiedad, que te dominen tus experiencias previas o que te confundan las opiniones ajenas”, explica Burton.

“Agrega esto al mito de que cuando te conviertes en madre automáticamente desarrollas el instinto para saber qué hacer: hará que te sientas muy mal cuando no sepas qué decisión tomar”.

¿La solución? Sé muy amable y compasiva contigo misma. “Aunque estoy de acuerdo en que hay que escuchar a los demás y confiar en ti misma, también es importante que no te juzgues ni critiques si te sientes insegura”, concluye.

“Si necesitas confiar en algún instinto, procura que sea el siguiente: estoy haciendo lo mejor que puedo para criar a mi hijo. No siempre sabré qué hacer ni cómo hacerlo, pero seguiré buscando respuestas en mi interior. Seré compasiva conmigo misma, y comprenderé que habrá veces en las que necesitaré ayuda, y que eso estará bien“.

En lugar de juzgarte por no tener todas las respuestas o por equivocarte, es el momento perfecto para pedir ayuda: tu pareja, una amiga, tu propia madre. Y mientras lo haces, aprovecha ese tiempo para mimarte: lee algo divertido, sal a caminar, date un baño tranquilo y cuídate a ti misma. Ser madre es un trabajo difícil, pero recuerda que lo estás sacando adelante.

Tomado de rd.com 5 Types of Mom-Shaming—and How to Shut Them Down

Staff

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