Errores comunes al comunicarte y cómo corregirlos
Al identificar y corregir estos hábitos tóxicos, puedes construir relaciones más sólidas y significativas.
¿Alguna vez ha sentido que, a pesar de tus esfuerzos, tus conversaciones no fluyan como quisieras? Aunque la comunicación es una habilidad fundamental en todos los aspectos de la vida, muchos de nosotros cometemos errores sin darnos cuenta, que pueden dañar nuestras relaciones personales y profesionales.
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Identificar y corregir estos hábitos tóxicos no solo mejorará tu capacidad de conectar con los demás, sino que también fortalecerá tus vínculos.
En este artículo, exploraremos ocho errores comunes al comunicarte que expertos compartieron en la revista Times comparten y te daremos estrategias prácticas para evitarlos. Sigue leyendo para descubrir cómo transformar tus interacciones en experiencias más significativas y empáticas.
Aunque compartir experiencias personales puede ser una forma de conectarse, convertir cada conversación en un monólogo sobre tu vida puede ser percibido como egocéntrico. Según la coach de comunicación Raele Altano, es importante practicar la escucha activa : parafrasea lo que el otro dice, haz preguntas relevantes y muestra interés genuino.
Solución: En lugar de responder automáticamente con tu experiencia, prueba frases como: “Eso suena interesante, cuéntame más”.
Bloquearse emocionalmente o retirarse de una conversación conflictiva puede hacer sentir a la otra persona excluida. Roma Williams, terapeuta y autora, recomienda expresar tus emociones de manera clara, por ejemplo: “Necesito un momento para calmarme antes de seguir hablando”.
Solución: Haz pausas estratégicas para gestionar tus emociones, pero comunica siempre tus intenciones de retomar el diálogo.
Interrumpir puede ser interpretado como una falta de respeto o un deseo de imponer tus ideas. Anne Willkomm, profesora de la Universidad de Drexel, sugiere disculparse cada vez que interrumpas y dejar que la otra persona termine de hablar.
Ejercicio: Cada vez que interrumpas, di: “Perdón, te interrumpí. Por favor, continúa.”
Hablar sin parar puede agotar a tus interlocutores. Alex Lyon, profesor de comunicación, señala que pedir retroalimentación a colegas o amigos es una buena manera de identificar este hábito.
Consejo: Pausa regularmente para preguntar: “¿Qué opinas tú?”
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Mirar el teléfono o pensar en tu respuesta mientras el otro habla puede transmitir desinterés. Para mejorar tu atención, elimina distracciones físicas y enfócate en señales no verbales como el contacto visual y los gestos afirmativos.
Técnica: Guarda el móvil y repite mentalmente las palabras clave de tu interlocutor para mantenerte presente.
Transformar cada intercambio en una competencia puede generar tensiones innecesarias. Responde con amabilidad para desactivar este comportamiento, como sugiere Alex Lyon: “Qué bien, me alegre por ti”.
Propuesta: Fomentar un ambiente de colaboración en lugar de rivalidad.
En contextos laborales, “hepeating” —repetir una idea ajena como propia— puede ser especialmente dañino. Anne Willkomm sugiere dar crédito al autor original con frases como: “Gracias por enfatizar lo que mencionó [nombre]”.
Clave: Reconocer públicamente las contribuciones de los demás.
Ofrecer soluciones sin que te las pidan puede parecer condescendiente. En su lugar, pregunta: “¿Prefieres que solo te escuche o quieres sugerencias?”
Beneficio: Esto muestra respeto por las necesidades del otro y fortalece la confianza mutua.
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La comunicación no solo implica hablar, sino también escuchar con empatía y responder de manera respetuosa. Al identificar y corregir estos hábitos tóxicos, puedes construir relaciones más sólidas y significativas. Recuerda: el cambio comienza con pequeños pasos conscientes.
¿Estás listo para mejorar tu comunicación? ¡Empieza hoy! Comparte este artículo con tus amigos o colegas y ayúdales a potenciar sus habilidades conversacionales.