Para responder a la pregunta: ¡Sí! Estas pequeñas perlas de color ámbar son un remedio natural repleto de beneficios para la salud. Sin embargo, como todo en la vida, es importante usarlas con moderación y consultar a un médico antes de incluirlas en tu rutina.
Nuestras abuelas y mamás siempre las recomendaban para “sacar el aire atorado”, pero los beneficios no se quedan ahí: tienen propiedades que pueden sorprenderte.
En esta nota, te contamos todo lo que necesitas saber sobre las perlas de éter: qué son, qué beneficios pueden ofrecer y las advertencias que debes tener en cuenta. ¡Descubre más a continuación!
Las perlas de éter son cápsulas de consistencia gelatinosa y blanda con forma de perla, lo cual le confiere su nombre, y que contienen en su interior una pequeña porción de éter etílico.
De acuerdo a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se trata de un líquido incoloro, que se obtiene del etanol y sus vapores son menos densos que el aire.
Estas perlas las sueles encontrar para su venta en farmacias o tiendas naturistas.
El éter etílico es menos denso que el agua e insoluble en ella. Fue el primer producto utilizado como anestésico además de que se utiliza para disolver las grasas, aceites, resinas o gomas.
Además, también es muy utilizado para la extracción de principios activos de tejidos de las plantas o animales porque es muy fácil de eliminar.
Tiene un efecto térmico en el que recupera su estado de gas, por lo cual es muy útil para sacar otro gas presente en el organismo.
Sus usos medicinales eran mayoritariamente para tratar infecciones pulmonares y la enfermedad del escorbuto, aunque también se usaba como droga recreativa.
Fue precisamente esta utilización la que llevó a su descubrimiento como analgésico. Lo que se hacía era empapar toallas con el líquido y ponérselas en la cara.
En una de esas sesiones, sin embargo, un médico llamado Crawford Long se dio cuenta de que sus amigos dejaban de sufrir dolores aunque tuvieran herida o golpes.
Así que empezó a explorar las posibilidades del éter para utilizarlo durante intervenciones médicas.
Aunque es relativamente seguro, puede causar náuseas y vómitos, por lo que dejó de usarse.
También resultó ser inflamable.
Por todo esto se reemplazó por el cloroformo que, además, tiene la ventaja de que funciona mucho más rápido.
Se utilizó en Estados Unidos y Europa desde 1842 hasta principios del siglo XX.
Absorbe la humedad y los malos olores: aunque esté más alejado del campo de la salud, cabe destacar también este uso de las perlas de éter, pues estas cápsulas son muy utilizadas en el hogar o en espacios con mucha humedad para acabar con ella y con los malos olores.
Aunque las perlas de éter pueden tener beneficios potenciales para la salud, es importante tener en cuenta algunas advertencias antes de comenzar a tomarlas:
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