La criopreservación de óvulos permite a las mujeres convertirse en madres tras recuperarse del cáncer. Alrededor del 13 por ciento de las pacientes se encuentra en edad reproductiva cuando son diagnosticadas.
Hasta hace poco tiempo el deseo de convertirse en madre de quien vive con cáncer de mama se veía frustrado, pues algunos de sus tratamientos provocan daños irreversibles en los óvulos, así que se afecta por completo la fertilidad, lo que agudiza el dolor que acompaña a esta enfermedad.
El cáncer de mama es un importante problema de salud pública a escala mundial. En México desde el 2006 es la segunda causa de muerte de mujeres entre 30 y 54 años, y se estima que su incidencia crece tanto, que para 2020 habrá 16,500 nuevos casos por año.
Además, en las últimas tres décadas el diagnóstico ha aumentado notoriamente en mujeres de 25 a 39 años, lo que significa que por lo menos, son 800 mujeres menores de 40 años quienes anualmente presentan esta enfermedad.
“Si bien las repercusiones reproductivas son de las secuelas más importantes que dejan los tratamientos contra el cáncer, la criopreservación o congelación de óvulos es una herramienta que permite conservar los tejidos para ser utilizados posteriormente, lo que permite a mujeres que vencieron al cáncer dar paso a la vida y convertirse en mamás” explica el Dr. Víctor Saúl Vital Reyes, especialista en Biología de la Reproducción Humana y Director Médico de la Unidad de Reproducción Ciudad de México (UR).
Actualmente existen técnicas innovadoras de preservación de la fertilidad que, a través de métodos de reproducción asistida, dan esperanza a quienes después de someterse a tratamientos como quimioterapia o radiación, buscan convertirse en madres.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, alrededor del 13 por ciento de las pacientes se encuentra en edad reproductiva cuando son diagnosticadas, lo cual expone la incidencia de esta enfermedad en mujeres cada vez más jóvenes.
José Manuel Lozano Sánchez, especialista en Biología de la Reproducción Humana y coordinador médico de la UR, destacó la importancia de que mujeres en edad reproductiva que desean ser madres a futuro cuenten con la opción de preservar su fertilidad.
Esto se logra a través de un procedimiento sencillo en el cual sus óvulos son congelados a muy bajas temperaturas (de -196 ºC) y reservados en laboratorios de alta especialidad para ser utilizados en el momento en que ellas lo decidan.
Afortunadamente en las últimas décadas ha habido un notable incremento en la supervivencia de mujeres con tumores de seno gracias a la detección oportuna, así que aumenta la posibilidad de que una vez que estén libres de la enfermedad continúen con su proyecto de vida.
“La criopreservación de óvulos representa una opción segura que permite a las mujeres atrasar su maternidad debido a decisiones personales como desarrollo profesional, recursos económicos y planeación, o bien, hacerlo previo a un proceso de tratamiento oncológico” puntualiza Andrés Avilés Martí, embriólogo encargado del laboratorio de Fecundación In Vitro (FIV) de la UR.
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