Todos pasamos por ese momento en que sin saber por qué nuestro estómago no la pasa bien y sufrimos las consecuencias.
Las evacuaciones llegan a ser prácticamente líquidas, vienen acompañadas de cólicos, fiebre, náusea y a veces hasta vómito.
Muchas veces estos episodios de diarrea ocurren después de haber comido en algún puesto callejero o en un lugar poco confiable, y otras veces no sabemos por qué.
La diarrea infecciosa puede ser causada por virus, bacterias o parásitos. La gran mayoría de los casos se deben a infecciones por virus y no se requiere de ningún tratamiento especial.
Basta con mantenerse bien hidratado: tomando agua, bebidas deportivas, té y gelatina. Y posteriormente seguir con una dieta blanda sin alimentos irritantes ni grasosos mientras ceden las molestias.
Algunos médicos sugieren evitar los lácteos, ya que el intestino pierde la capacidad de procesarlos.
La diarrea causa que muchas personas no puedan ir a trabajar o la escuela, porque es muy incómodo y no siempre cuentan con un baño disponible cerca.
Muchos de los medicamentos de venta libre que puedes conseguir en la farmacia, contra este malestar sin receta médica, contienen antibióticos que actúan dentro del intestino.
Los antibióticos eliminan las bacterias tanto buenas como malas. Pero, si la mayoría de las diarreas las causan los virus, entonces estos antibióticos sólo le harán daño a las bacterias sanas.
También existen medicamentos que controlan la diarrea, como la loperamida. Estos remedios provocan que la motilidad intestinal sea más lenta, disminuyendo el número de evacuaciones.
Este tipo de medicamentos puede utilizarse siempre y cuando no haya fiebre y la diarrea no tenga moco ni sangre. Estos datos indican que la diarrea podría ser causada por bacterias peligrosas y la loperamida permite que las bacterias pasen más tiempo en el intestino y se reproduzcan.
Otros medicamentos, como el subsalicilato de bismuto, pueden reducir el número de evacuaciones. Ten en cuenta que este medicamento puede hacer que las heces se vuelvan negras.
La gran mayoría de las diarreas solo requieren de una buena hidratación y una dieta blanda sin irritantes. En raras ocasiones es necesario agregar algún medicamento. Cuando los síntomas no mejoran, hay fiebre o sangre o moco en las evacuaciones debe acudir a un médico a valoración.
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