¿Es saludable el sebo de res? La verdad sobre esta grasa natural
Hoy, este ingrediente está experimentando un inesperado regreso, no solo como opción culinaria, sino también como aliado en el cuidado de la piel.
Durante décadas, el sebo de res fue un ingrediente común en las cocinas mexicanas. Se utilizaba para freír, hornear o dar sabor a guisos tradicionales. Sin embargo, su reputación cayó en desgracia con la llegada de los aceites vegetales y la creciente preocupación por el colesterol. Hoy, este ingrediente está experimentando un inesperado regreso, no solo como opción culinaria, sino también como aliado en el cuidado de la piel.
¿Se trata de una moda pasajera o de un regreso justificado? De acuerdo con Jacquelin Danielle Fryer, nutricionista registrada especializada en nutrición deportiva de Banner Sports Medicine Scottsdale, para conocer los beneficios y riesgos del sebo de res.
El sebo de res es una grasa natural extraída de vacas. Se obtiene calentando lentamente la grasa para eliminar impurezas, dando como resultado una textura cremosa y sólida a temperatura ambiente, que se derrite fácilmente al cocinar.
“El sebo se puede usar para freír, saltear, asar y hornear”, explica Fryer. “También se utiliza en velas, jabones y productos para el cuidado de la piel. Algunas personas lo emplean para curar utensilios de hierro fundido”.
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Aunque muchas personas asocian la grasa con algo negativo, el cuerpo necesita lípidos para funcionar correctamente. El sebo de res contiene una combinación de grasas saturadas y monoinsaturadas que aportan energía, favorecen la producción hormonal y mantienen la estructura celular.
Además, es fuente de vitaminas liposolubles A, D, E y K, esenciales para la visión, el sistema inmunológico, la salud ósea y la protección de las células. También contiene ácido linoleico conjugado (CLA), asociado con beneficios cardiovasculares, reducción de la inflamación y mejor composición corporal. No obstante, Fryer aclara que se necesita más evidencia científica para respaldar sus efectos a largo plazo.
Pese a sus beneficios, el sebo de res no está exento de riesgos. Es una grasa rica en grasas saturadas, lo cual puede elevar el colesterol LDL (“malo”) y los triglicéridos si se consume en exceso.
“Las grasas saturadas de origen animal pueden obstruir las arterias y aumentar el riesgo de enfermedades del corazón”, señala Fryer. Por eso, recomienda evitar su consumo si ya existen factores de riesgo cardiovascular.
Además, no es apto para personas que siguen dietas vegetarianas o veganas, y su calidad nutricional puede variar según el origen del animal. Se aconseja elegir sebo orgánico, proveniente de vacas alimentadas con pasto, ya que este tipo contiene más nutrientes saludables, incluyendo omega-3.
Una de las razones por las que el sebo está regresando a las cocinas es su resistencia al calor. Su alto punto de humo lo hace ideal para freír sin generar compuestos tóxicos, como puede ocurrir con algunos aceites refinados.
“El sebo es bueno para freír y asar porque soporta altas temperaturas”, explica Fryer. Además, es menos procesado que muchos aceites vegetales industriales. Aun así, la elección entre uno u otro debe basarse en las necesidades de cada persona y no en tendencias.
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Por su alto contenido en grasa, el sebo de res se ha vuelto popular en dietas cetogénicas y bajas en carbohidratos, donde la grasa es la principal fuente de energía. Al prolongar la saciedad, puede ayudar a reducir el apetito.
Sin embargo, Fryer advierte que no es una solución milagrosa para bajar de peso. “Debe formar parte de una alimentación equilibrada, junto a proteínas magras, fibra y grasas saludables como el aceite de oliva o el de aguacate”, señala.
Si decides integrarlo a tu cocina, estas son algunas formas recomendadas:
Freír: ideal para papas, carnes y verduras.
Asar: úsalo para untar carnes o vegetales y obtener un acabado crujiente.
Saltear: perfecto para huevos, salteados o sellar carnes.
Horneado: reemplaza la mantequilla en tartas o galletas.
Potenciador de sabor: agrégalo a sopas y guisos para más profundidad.
Aunque puede sonar extraño, el sebo de res está ganando terreno en el mundo del skincare natural. Su contenido en ácidos grasos como el oleico, esteárico y palmítico, lo convierten en un hidratante efectivo para pieles secas y sensibles.
Además, sus vitaminas A, D, E y K tienen propiedades antioxidantes, regenerativas y antiinflamatorias. ¿El resultado? Una piel más suave, calmada y protegida frente a agresiones externas como el frío o la contaminación.
Beneficios destacados para la piel:
hidratación duradera: crea una barrera protectora que evita la pérdida de agua.
reparación cutánea: fortalece la barrera lipídica de la piel.
efecto calmante: alivia irritaciones y es ideal para personas con rosácea o dermatitis.
acción antiedad: combate radicales libres y mejora la elasticidad.
textura más suave: con el uso constante, reduce asperezas y afina los poros.
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Su aplicación es sencilla, pero debe hacerse correctamente:
como bálsamo nocturno: aplica una pequeña cantidad sobre la piel limpia, antes de dormir.
mezclado con tu crema: combina una pizca con tu hidratante habitual para un extra de nutrición.
en zonas secas: úsalo en mejillas, labios o nariz durante climas extremos.
como bálsamo labial: ideal para labios agrietados o sensibles.
Recomendaciones importantes:
Asegúrate de que sea sebo de grado cosmético, purificado y libre de impurezas.
Evítalo si tienes piel muy grasa o acneica, ya que podría obstruir los poros si se usa en exceso.
Realiza una prueba de parche antes de aplicarlo en todo el rostro.
El sebo de res es ideal para:
pieles secas o deshidratadas
pieles sensibles o reactivas
pieles maduras que necesitan más nutrición
Si tienes piel mixta o grasa, úsalo solo en zonas específicas que lo requieran.
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El sebo de res ha resurgido como una opción interesante tanto en la cocina como en el cuidado de la piel. Contiene nutrientes valiosos, pero también implica riesgos si se consume sin moderación o sin considerar condiciones de salud específicas.
Jacquelin Danielle Fryer insiste en que este ingrediente debe evaluarse desde una perspectiva individual, basada en análisis de colesterol, estilo de vida y objetivos personales. “Es mejor ser precavido antes de afirmar que el sebo de res es una opción saludable”, afirma.
Ya sea en una sartén o como hidratante nocturno, el sebo de res ofrece posibilidades que merecen ser exploradas, siempre con criterio, calidad y moderación.