¿Es seguro el musgo marino? Lo que debes saber antes de tomarlo
El musgo marino tiene potencial, pero aún no hay suficiente evidencia para recomendarlo como cura milagrosa.
Las tendencias de bienestar en redes sociales como TikTok e Instagram parecen no tener fin. En medio de este mar de consejos y promesas para mejorar la salud, algunas modas pueden ser útiles, pero otras no siempre cuentan con respaldo científico. Una de las más recientes en ganar popularidad es el musgo marino, un tipo de alga que ha captado la atención de celebridades e influencers, quienes lo consumen en batidos o lo aplican sobre la piel, alegando múltiples beneficios.
[Puedes leer: Algas marinas: un snack sabroso y nutritivo]
Sin embargo, esta planta no es nueva. Su uso se remonta a siglos atrás. El Chondrus crispus, conocido como musgo irlandés o musgo marino, crece en las costas rocosas del Atlántico Norte y ha sido valorado por diversas culturas debido a sus propiedades nutricionales y medicinales.
Pero, ¿realmente es tan beneficioso como dicen? Consultamos a Tiffone Powers-Parker, nutricionista clínica en Banner Health, para conocer la verdad detrás de este superalimento del mar.
“El musgo marino no es muy diferente a otras algas marinas”, señala Powers-Parker. “Es bajo en calorías, grasas y azúcares; no contiene gluten y proporciona pequeñas cantidades de proteínas, además de ser una buena fuente de vitaminas y minerales”.
Contiene nutrientes esenciales como calcio, magnesio, potasio, hierro, yodo, y vitaminas A y C, lo que ha llevado a muchos a incorporarlo a su dieta o rutina de cuidado personal. Aunque faltan más estudios en humanos para confirmar sus efectos, los beneficios potenciales incluyen:
El musgo marino es rico en fibra y prebióticos, que favorecen la proliferación de bacterias beneficiosas en el intestino, ayudando a la digestión, previniendo el estreñimiento y mejorando la salud digestiva general.
Gracias a sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, podría ser útil en el tratamiento de enfermedades como la artritis, afecciones cardiovasculares o problemas cutáneos como el acné y la psoriasis.
El alto contenido de yodo favorece el funcionamiento saludable de la tiroides, esencial para el metabolismo y la regulación hormonal.
Su aporte de fibra genera sensación de saciedad por más tiempo, lo que podría ayudar a controlar el apetito y evitar excesos.
Es fuente de aminoácidos esenciales, entre ellos la taurina, relacionada con el crecimiento y recuperación muscular, así como con la formación de colágeno, clave para la salud de piel, cabello y articulaciones.
[Quizás te interese leer: Sampa: ¿Qué es y por qué podría ser el alimento del futuro?]
Como ocurre con cualquier alimento o suplemento, su consumo debe ser moderado. Aunque sus beneficios son reales, también existen riesgos si se abusa de él:
Demasiado yodo puede afectar la función tiroidea y provocar toxicidad.
Al crecer en el océano, el musgo marino puede absorber metales tóxicos como arsénico, mercurio o plomo. Esto representa un riesgo si no se controla su procedencia.
Puede interferir con anticoagulantes y fármacos para la tiroides. Siempre consulta con un médico antes de tomarlo si estás bajo tratamiento.
Su sabor a marisco o su textura viscosa puede no agradar a todos. Por suerte, existen alternativas en polvo, cápsulas, geles o gomitas que disimulan estas características.
El musgo marino tiene potencial, pero aún no hay suficiente evidencia para recomendarlo como cura milagrosa. Si estás considerando consumirlo, consulta antes a un especialista en salud.
Puedes encontrarlo en diversas presentaciones:
Elige siempre productos orgánicos certificados y de marcas confiables que cuenten con verificación de terceros. Powers-Parker enfatiza que los suplementos no están regulados por completo, por lo que es importante revisar los ingredientes y la procedencia.
[Otro tema de interés: Razones por las que deberías incluir la sopa de miso en tu dieta]
El musgo marino es un alga rica en nutrientes con múltiples beneficios potenciales para la salud, pero no está exento de riesgos. Es importante no sustituir una alimentación equilibrada ni tratamientos médicos por este tipo de productos.
Como dice la especialista: “Los suplementos están diseñados para complementar, no para reemplazar lo que ya estás haciendo bien. Lo más importante es mantenerte activo, comer balanceado y ser constante”.