Esa grasa abdominal que tienes podría afectar tu cerebro

La grasa de tus vísceras no es como la de tu trasero o muslos. Es un órgano activo que segrega sustancias químicas y hormonas que afectan tu salud, incluso tu capacidad de recordar dónde estacionaste el auto o el nombre de tu primo segundo.

Aunque nadie te acusaría de tener ‘una panza de cerveza’, podrías tener demasiada de esa grasa.

Encoge tu centro de memoria

Ese es tu hipocampo, un grupo de neuronas en forma de herradura que cumple una función importante en la formación y recuperación de los recuerdos. Investigadores de la Universidad de California usaron imágenes de resonancia magnética del cerebro para mostrar que una cintura ancha y un hipocampo pequeño van de la mano.

Los estudios incluso mostraron una directa correlación entre una cintura abultada y una capacidad reducida para memorizar palabras.

Crea oxidación cerebral

Tus células cerebrales se comunican una con otra mediante una vía de conexiones muy rápidas —piensa en ellas como cables de información— llamadas ‘axones’. Escaneos cerebrales de personas con cinturas anchas muestran áreas de daño en estos cables.

Los médicos las llaman ‘áreas de oxidación cerebral’, lo que suele verse en personas con demencia. Pero algunos piensan que esa oxidación puede hacer perder la memoria y el poder de pensamiento a personas que no tienen demencia.

Fomenta el síndrome metabólico

La grasa visceral es el factor de riesgo número uno del síndrome metabólico, un grupo de problemas de salud que incluye presión arterial, colesterol y triglicéridos (y a veces azúcar en la sangre) altos, además de niveles de colesterol ‘bueno’ HDL algo bajos. El síndrome metabólico abona el terreno para la diabetes y la enfermedad cardiaca.

Ahora se le ha relacionado con el pensamiento empantanado. En un estudio holandés, la gente con síndrome metabólico alcanzó un puntaje 10 por ciento más bajo en las pruebas de velocidad de procesamiento mental y cerca de un 6 por ciento más bajo en las pruebas de memoria que los que no lo padecían.

Aviva la inflamación

La inflamación es un concepto difícil de comprender, pero puedes imaginarla como la respuesta del cuerpo a las heridas, incluso en el nivel microscópico. La grasa visceral aumenta la inflamación, lo cual parece afectar al cerebro.

En un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association, la inflamación incrementó el riesgo de deterioro cognitivo, que observa habilidades como concentración, uso del lenguaje y memoria inmediata y aplazada, voluntarios con inflamación crónica de bajo nivel obtuvieron cinco puntos menos que los voluntarios que no sufrían inflamación crónica.

Esa es una diferencia suficiente en la función cognitiva para que tu o tu familia lo noten.

¿Estás en riesgo?

Para averiguarlo haz lo siguiente:

  • Mide tu cintura sin ropa
  • Usa una cinta métrica suave y flexible (como la usada en costura)
  • No te midas alrededor de la parte más pequeña de la cintura y no uses tu ombligo como referencia
  • Coloca el borde inferior de la cinta métrica arriba de los huesos de la cadera. Eso garantiza que estés midiendo la parte del abdomen donde la grasa visceral es más gruesa.
  • Asegúrate de que la cinta esté derecha; cuida que no esté retorcida ni demasiado tensa.
  • Toma la medida al término de una exhalación normal de aire (no sumas la panza)

Según los Institutos Nacionales de Salud, los riesgos comienzan a los 89 centímetros o más para las mujeres y a los 101 centímetros o más para los hombres. Pero algunos expertos advierten que el problema empieza cuando la cintura mide 7 centímetros menos que eso.

¿No tienes sobrepeso? No supongas que puedes ignorar la amenaza; existen pruebas convincentes de que incluso algunas personas bastante delgadas tienen demasiada grasa abdominal escondida en su interior.

Fuente: ‘Cómo entrenar su mente’. Guía para mantener su memoria y su cerebro en forma de por vida’ editada por Selecciones Reader’s Digest.

Eliesheva Ramos

Como periodista tengo la misión, parafraseando al intelectual español Julio Anguita, de perturbar, de agitar el cerebro, de mover las conciencias. Para lograr esos objetivos me aferro al abecedario como otros se aferran al escapulario. Me especializo en notas de salud, bienestar, estilo de vida, gastronomía y viajes.

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