Esta es la razón por la que no puedes olerte a ti mismo
Nuestro sentido del olfato se cansa de los olores familiares y deja de detectarlos, esto es bueno para nuestra seguridad, conoce por qué.
Puedes oler la hierba después de que tu vecino corta el césped. Puedes oler la deliciosa pizza horneada mientras caminas por la pizzería. Definitivamente puedes detectar los olores agrios y húmedos de los pies de tu hermano cuando se quita las zapatillas en un sudoroso día de verano.
De hecho, según una investigación publicada en Nature, ¡tu nariz puede detectar alrededor de un billón de olores! Pero tus propias axilas podrían apestar y es posible que no puedas decirlo: los seres humanos son propensos a lo que los científicos llaman fatiga olfativa; nuestro sentido del olfato simplemente se cansa por los olores familiares y deja de detectarlos. Lo creas o no, eso puede ser algo bueno.
Pamela Dalton, psicóloga del Monell Chemical Senses Center, explicó al Washington Post que filtramos los olores de siempre para dejar espacio para detectar olores nuevos y extraños, como los que podrían alertarnos sobre un peligro, como algo que se quema, o algo bueno para comer como esa pizza.
Cuando estos olores pasan flotando a nuestro alrededor, los receptores de olores en nuestra nariz detectan sus componentes químicos particulares y envían señales eléctricas a la corteza frontal de nuestro cerebro. Y luego decidimos si tenemos que huir (del fuego) o correr más cerca (hacia la pizza).
Dalton ha llevado a cabo experimentos en los que venían puestos en los dormitorios de algunos sujetos varios ambientadores de aire de la misma fragancia durante unas semanas. Después de unos días, los participantes informaron que ya no notaban ningún olor en sus habitaciones e incluso se habían hecho menos sensibles a esa fragancia cuando venían expuestos a ella en el laboratorio.
“Lo que parece ocurrir es que los receptores que normalmente responderían a estos olores casi se apagan después de ser bombardeados durante un tiempo”, explica Dalton.
Si tu sentido del olfato se atascó con tu olor corporal u otros olores estándar, es posible que no podamos detectar los olores más importantes. (Estos olores pueden hacerte feliz, según la ciencia).
“Esto no ocurre con otros sentidos. Nos podemos adaptar a un sonido o una visión, pero generalmente los sistemas de detección se recuperan con bastante rapidez. El hecho de que se necesiten dos o tres semanas para recuperar la sensibilidad a un olor al que hayamos estado sobreexpuestos es muy singular“, observa la doctora.
Es posible que los detectores olfativos sensibles a unos olores determinados se vayan apagando hasta morir, para luego ser reemplazados para que el olor pueda ser olido de nuevo. Eso ocurre cada pocas semanas y sin ese ciclo de regeneración probablemente no podríamos oler mucho de nada.
Hay formas de evitar llegar a la escuela apestando como una mofeta. Una forma es quitarse la camisa y oler eso en lugar de tu piel, recomienda Lifehacker. Otras formas de comprobar tu propio olor es frotarse el cuero cabelludo y luego oler los dedos; controla tu respiración lamiendo tu brazo, esperando un segundo, luego oliendo el lugar. O incluso más rápido y más fácil, ¡pídele a tus padres que te den una olfateada!
Según la doctora Dalton: “Estamos bombardeados constantemente por todo tipo de olores, si los receptores no se regeneraran, todos seríamos anósmicos [incapaces de oler] al cumplir un año de edad”.
Esta, por tanto, es también la explicación de por qué no podemos oler nuestro propio olor corporal. Incluso cambiando nuestra rutina de higiene personal, nos acostumbraríamos a los nuevos olores con bastante rapidez y, puesto que no podemos alejarnos de nuestro propio cuerpo, no hay forma de que la nariz recupere su sensibilidad. Así que para conocer nuestro olor corporal natural sólo podemos confiar en la opinión de otra persona.
Las partes sensibles de la nariz, las que recolectan los olores, no son voluntarias, sino que funcionan de forma constante y continua, y luego envían al cerebro el resultado de su trabajo.
El cerebro eclipsa el olor personal, ya conocido, para dar prioridad a la información más importante para nuestra seguridad, relacionada con lo que ocurre ahí fuera.
Se trata principalmente de un fenómeno de habituación. La nariz sigue advirtiendo nuestro olor natural, pero no procesa la información, ya que, una vez identificado, prefiere centrar sus esfuerzos hacia nuevos estímulos olfativos.
El nervio olfatorio, además, se cansa con facilidad y para evitar de procesar un número excesivo de informaciones, decide eliminar algunas, o, mejor dicho, no considerarlas.
Por la misma razón, cuando entramos en un ambiente que huele mal, tras pasar unos minutos de incomodidad, acabamos sin notar casi nada y lo mismo sucede también con una colonia, que después de años de uso, nos parece más suave, cuando en realidad puede que estemos infestando el ambiente.
Las partes sensibles de la nariz, las que recolectan los olores, no son voluntarias, sino que funcionan de forma constante y continua, y luego envían al cerebro el resultado de su trabajo.
Tomado de rd.com This Is Why You Can’t Smell Yourself