Esta planta mexicana ‘noquea’ a las células cancerosas
Un compuesto del cuachalalate promueve la muerte de células tumorales, y estimula al sistema inmune a atacar a distintos tipos de cáncer.
En el 2020 se registraron 20 millones de nuevos casos de cáncer en el mundo y 10 millones de pacientes perdieron la vida, según cifras de la Organización Mundial de la Salud. En atención a este panorama, una investigación del Departamento de Toxicología del Cinvestav demostró que un compuesto de la planta del cuachalalate promueve la muerte de células tumorales, al tiempo que estimula al sistema inmune para hacer frente a distintos tipos de cáncer.
Esta planta ha sido usada en la medicina tradicional mexicana como un agente gastroprotector y auxiliar en enfermedades vasculares.
Los beneficios del cuachalalate se deben a su contenido de ácido anacárdico 6-pentadecil salicílico, el cual promueve la muerte programada (apoptosis) de las células tumorales sin afectar las normales, explica Libia Vega Loyo, líder de la investigación.
Actualmente, el método utilizado para terminar con células enfermas es por medio de inflamación o necrosis, lo que produce daños importantes en los tejidos, así como los efectos secundarios en un tratamiento de cáncer.
El ácido 6-pentadecil salicílico, en cambio, no mata las células normales, solamente las induce a un arresto de la proliferación; es decir, se expanden más despacio, pero no mueren.
La investigadora explicó que este compuesto es capaz de estimular el sistema inmune, estos 12 hábitos simples también pueden estimularlo.
También se observó cómo el ácido 6-pentadecil salicílico tiene una función muy específica de fosforilación sobre ciertas proteínas.
Tales proteínas son las que le piden a los macrófagos (parte vital del sistema inmune) que sean más reactivos y así respondan con rapidez ante cualquier reto, es decir, inducen la muerte de la célula tumoral y activan al sistema inmunológico para que sea más eficiente.
Vega Loyo mencionó que este estudio se realizó en modelos con cáncer de mama, e in vitro, en líneas celulares de leucemia y de células provenientes de tracto gastrointestinal, específicamente de estómago.
Explicó que la línea de investigación también ha realizado varios estudios preliminares donde se combina el ácido 6-pentadecil salicílico con otros antineoplásicos, donde se observó una reducción de toxicidad de la quimioterapia y se tiene la misma eficiencia farmacológica de reducción del tumor.
La investigación, publicada en Toxicology and Applied Pharmacology y Molecules, expone que antineoplásicos como el taxol, fármaco utilizado en tratamientos de cáncer de mama, tiene la desventaja de ser muy tóxico para el sistema inmune al matar las células de la medula ósea y disminuir la cantidad de células blancas en la sangre.
“Eso deja al paciente inmunosuprimido, muy susceptible a infecciones, siendo la consecuencia más grave de todas las quimioterapias” precisó.
En contraste, el cuachalalate no violenta a las células inmunológicas, por lo que no se dan cambios significativos como puede ser una respuesta inflamatoria o alérgica, haciéndolo un compuesto muy seguro.
Por el momento, la investigación se encuentra en pruebas preclínicas del uso en conjunto de los ácidos anacárdicos del cuachalalate con otros antineoplásicos clásicos empleados en la clínica como el carboplatino, el cisplatino, el taxol y el 5-fluorouracilo.
Además, han encontrado una sinergia importante con el carboplatino para reducir más eficientemente tumores de mama.
“Con la combinación encontramos un efecto protector del ácido anacárdico sobre los efectos tóxicos de los antineoplásicos clásicos, lo que indica una reducción en los efectos secundarios tóxicos en los pacientes con quimioterapias”, finalizó Libia Vega Loyo.