Todos parecen estar de acuerdo en tener sociedades más saludables, pero en paralelo a estas luchas está el hecho de que millones de personas, por perder peso, se someten a cualquier tipo de dieta o recurso, sin el acompañamiento médico necesario y sin saber lo que las comidas pueden provocarles.
Si bien un régimen alimentario se debe construir a partir de las necesidades e intereses de cada persona, sí se puede hablar de comidas que hay que abandonar, de una vez por todas, para espantar la obesidad.
Un estudio hecho en 170 países y publicado en BMC Nutrition confirmó que el azúcar es el principal factor que explica el aumento sostenido de peso en el mundo, seguido muy de cerca por las carnes procesadas.
Pero en la medida en que la humanidad se ha industrializado, las comidas procesadas ocupan gran parte de las dietas de las personas en áreas urbanas. A esto se suma que la facilidad para obtenerlas ha desplazado la forma de acceder a la comida natural.
Si quieres bajar de peso o simplemente estás interesado en tener una dieta verdaderamente saludable, ten en cuenta lo que han encontrado varias investigaciones sobre la comida más peligrosa.
Los comidas ultraprocesadas no están diseñadas para alimentar, sino que muchos de sus ingredientes buscan conservarlos por mucho tiempo y promover deseo de consumo, al punto de que bloquean los mecanismos de control del apetito y la voluntad para dejar de comer.
Estos productos son doblemente perjudiciales porque son casi adictivos, lo que favorece su ingesta, y a su vez modifican procesos metabólicos que estimulan la absorción calórica proveniente de otros productos.
Un estudio publicado en el ‘American Journal of Clinical Nutrition‘ demostró que una dieta que incluya alimentos fritos predispone al sobrepeso y la obesidad.
Las grasas hacen este tipo de comidas más apetitosas que aquellas que son cocidas o hervidas, además de saciar poco y favorecer la absorción y el metabolismo de otros productos que se ingieren junto con ellos. Se sugiere evitar el uso diario de aceites y cocinar a la plancha, al vapor o al horno.
Beber en exceso gaseosas y jugos con azúcar añadida aumenta el riesgo de obesidad, desarrollar diabetes tipo II, enfermedades cardiacas y gota. Las mujeres que consumen uno o más de estos productos duplican el riesgo de desarrollar diabetes, en comparación con las que no lo hacen.
El azúcar que se usa en estos productos no alimenta y produce calorías vacías, que no se queman fácilmente y tienden a acumularse en forma de grasas dañinas. En el caso de los niños que las toman diariamente, la posibilidad de ser obeso en la adultez aumenta en un 60 por ciento.
La mayoría de estas comidas contienen aceites no saludables, mantequilla, azúcar. Son atractivos para todas las edades y mucho más peligroso por presentaciones de varias unidades y a bajo precio, lo que induce a que la gente termine los paquetes después de abiertos.
Así sean caseros, pequeños y hasta de apariencia inofensiva, estas comidas son una trampa porque culturalmente hacen parte del día a día de la gente. El problema es que se consumen varias veces al día. Aquí cabe todo el espectro de la confitería industrial: dulces, bombones y gomitas.
Los postres caseros pueden salvarse, siempre y cuando sean parte integral del contenido calórico de una dieta normal.
Descubre por qué no debes quedarte sentado más de lo necesario.
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