Estatinas: ¿debes tomarlas?
El uso de este medicamento para controlar el colesterol se generaliza cada día más. ¿Tienen los pacientes la información que necesitan sobre estas pastillas y su efecto en el organismo? Las estatinas tienen un...
El uso de este medicamento para controlar el colesterol se generaliza cada día más. ¿Tienen los pacientes la información que necesitan sobre estas pastillas y su efecto en el organismo?
Las estatinas tienen un récord de ayuda impresionante a nivel mundial. Actualmente, millones de personas las usan. Si bien en México no existen estadísticas, algunos especialistas coinciden en que su uso para evitar infartos cerebrales y al miocardio se ha elevado en los últimos años y redujo —aunque no son cifras absolutas— en un 19 por ciento la mortalidad por enfermedades cardiacas y en un 17 por ciento los eventos cerebrovasculares. Hoy se sabe que el uso de este medicamento podría beneficiar a una mayor cantidad de personas. Por ejemplo, 3.4 millones de británicos ya toman estatinas, y según el Departamento de Salud de ese país, las pastillas salvan a 10,000 pacientes cada año.
Bloqueadores de colesterol
Las estatinas se diseñaron específicamente para reducir el nivel de colesterol al bloquear un proceso que tiene lugar en el hígado, donde se produce dicha sustancia. La mayoría de nosotros conocemos los dos tipos de colesterol: el llamado “bueno” o HDL (lipoproteína de alta densidad), que devuelve el colesterol al hígado para su reprocesamiento, y el “malo” o LDL (lipoproteína de baja densidad), responsable de la obstrucción de las
arterias, algo que puede derivar en aterosclerosis, causa importante de infartos cardiacos y cerebrales.
Se ha visto que bajar las concentraciones de LDL y elevar las de HDL disminuye los ataques cardiacos, y eso es precisamente lo que hacen las estatinas. No sólo detienen la formación de la placa que obstruye las arterias, sino que la reducen, dato muy importante si valoramos que en México la aterosclerosis tiene un papel central en tres de las primeras cinco causas de muerte.
Estudios revelan que las estatinas también ayudan en los casos de sepsis (infecciones sistémicas graves) y enfermedades inflamatorias crónicas, como artritis reumatoide y lupus. Y hay más: las estatinas también mejoran la disfunción eréctil, afección común en los enfermos del corazón.
En 2008 se publicaron los resultados de un estudio llamado JUPITER, en el que se evaluó la efectividad del uso de las estatinas en adultos mayores (varones de más de 50 años y mujeres de más de 60) con niveles de colesterol menores a 130 miligramos por decilitro. La prueba se realizó en 17,000 personas. Las conclusiones, presentadas ante la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA), fueron reveladoras: hombres y mujeres con bajo LDL pero alto nivel de proteína C-reactiva de alta sensibilidad (CRP) —marcador que se asocia con procesos inflamatorios y riesgo de aterosclerosis— redujeron a la mitad el riesgo de sufrir infarto cerebral o cardiaco, y la necesidad de una angioplastia o cirugía de bypass al tomar estatinas. Los contundentes resultados llevaron a detener el programa (que comenzó en 2003) a 21 meses de su inicio, y previsto para cinco años.
Estos hallazgos no son cosa menor, pues hasta ese momento no se consideraba la prescripción de estatinas como parte de una prevención primaria, asegura el doctor Jaime Galindo, cardiólogo del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. Se dice que si en Estados Unidos a toda la población con CRP alta se le recetara estatinas, 80 por ciento sería candidata. Entre los mexicanos, debido a la alta prevalencia de padecimientos como diabetes, síndrome metabólico, obesidad y enfermedades de la colágena —autoinmunes—, estas pastillas estarían indicadas para millones.
La Academia Estadounidense de Pediatría acordó prescribirlas a niños menores de ocho años con colesterol elevado, algo que el cardiólogo Arturo Orea, presidente de la Asociación Mexicana para la Prevención de Insuficiencia Cardiaca, A.C. reprueba tajantemente. Él dice que sólo estarían indicadas para infantes con niveles persistentes de alto LDL: >190 mg/dl sin factores de riesgo; >160 mg/dl y dislipidemia familiar, muerte prematura
de padres por daño cardiovascular u obesidad; y >130 mg/dl en menores diabéticos. Para él, lo razonable es un cambio de hábitos que incluya modificaciones a la dieta y a la actividad física. Las estatinas suelen recomendarse a niños mayores de 10 años y a niñas que recién han salido de la pubertad.
Más información sobre este tema: Selecciones, agosto 2010, pág. 109.
Nantzin Saldaña/Foto: 123RF