Es normal que los niveles hormonales presenten cambios a lo largo de la vida. Tales altibajos suceden antes o después de la menstruación, durante el embarazo, en el posparto, durante la menopausia o por enfermedades como la diabetes.
Y lo mismo les sucede a los varones. A medida que envejecen se observa un cambio significativo en la producción tanto de testosterona como de otros andrógenos.
Alrededor del 20 por ciento de los hombres de 60 años y el 50 por ciento de los hombres de 80 años y más tienen un marcado descenso en los niveles de testosterona, hormona indispensable para una vida sexual sana.
Otros factores que inciden en el desequilibrio hormonal masculino son la obesidad, las enfermedades del hígado, los efectos secundarios de algunos fármacos.
La testosterona se considera la principal hormona antienvejecimiento tanto en varones como en mujeres. ¡Ahora se sabe que el envejecimiento inicia cuando los niveles hormonales declinan! Estas son 9 señales de que tienes un desequilibrio hormonal.
Afortunadamente ya existe una solución natural para mejorar el estado del cuerpo en general y la falta de deseo sexual vinculado a desequilibrios hormonales: la terapia hormonal de reemplazo, pero con hormonas bioidénticas naturales contenidas en un chip diminuto.
Hormonas bioidénticas
Pero de qué estamos hablando exactamente. Vamos por partes.
El término bioidéntico significa que las hormonas del producto son químicamente idénticas a las producidas por el organismo, mientras que el término natural significa que las hormonas usadas en dicho producto provienen de fuentes vegetales o animales.
“En Europa se usa una opción natural para tratar los desajustes hormonales llamada neochip”, explica la Dra. Esmeralda Bastidas, integrante de la Sociedad Española de Nutrición y Medicina Ortomolecular.
Dicho chip contiene hormonas naturales sintetizadas del camote, tubérculo que se caracteriza por poseer hormonas bioidénticas a las humanas.
Una vez que el médico detecta las necesidades del paciente mediante el historial clínico y la revisión de diversos estudios de laboratorio, escribe una fórmula.
De esa manera se personaliza la carga del chip. Dicha fórmula será desarrollada en un laboratorio especializado en fórmulas magistrales.
Se conoce como fórmula magistral a todo medicamento prescrito en una receta magistral para un paciente en particular, el cual es preparado, envasado y rotulado por un laboratorio.
“Esto significa que dosificamos lo que ocupamos, es un traje a la medida; esa es la diferencia con el reemplazo hormonal habitual”, explica Bastidas, quien se especializó en Austria en Medicina regenerativa y antienvejecimiento en la Universidad Allgemeines Krankenhaus der Stadt Wien.
Fácil aplicación
La colocación del dispositivo se realiza a través de un sencillo proceso ambulatorio: tras la realización de una mínima incisión en la nalga (que no requiere sutura) se introduce el chip, que es del tamaño de un frijol. La colocación es subcutánea, así que no se marca bajo la piel ni es sensible al tacto.
La fórmula se distribuye en el cuerpo durante seis meses de forma lenta y constante, lo que potencia los beneficios y minimiza los efectos secundarios.
El objetivo del chip es alcanzar una buena regulación hormonal, así que sirve para ambos sexos.
“El tema hormonal se liga más a la mujer y la menopausia, mientras que al varón se le relaciona con el apetito sexual, pero funciona para ambos” precisa Bastidas, pionera en regeneración celular en el norte del país.
Durante el medio año, el chip va siendo absorbido hasta que desaparece.
¿En qué ayuda?
- Eleva la calidad del sueño
- Sensación de bienestar
- Eleva la energía
- Aumento de la masa muscular
- Incide en la claridad mental (la pérdida de hormonas, sobre todo una llamada DHEA, afecta esa área)
- Mejora la lubricación vaginal
- Potencia la capacidad para mantener una erección
- Se alivian los sofocos de la menopausia
- Equilibra el metabolismo
Si bien el chip es relativamente nuevo, su desarrollo comenzó hace unas cuatro décadas cuando el químico Russell Marker descubrió cómo sintetizar las hormonas humanas a partir de una sustancia vegetal llamada diosgenina, presente en el camote.
El neochip, que se aconseja empezar a usar a partir de los 30 años, pues es a partir de la mitad de esa década cuando inicia el decremento hormonal, está avalado por la Cofepris.
