No hay escasez de felicidad en el reino animal. Como que los gatos ronronean, los gallos cantan y los perros sonríen y mueven la cola. ¡Diablos, Internet tiene una gran colección de imágenes de animales lindos y divertidos! Sin embargo, incluso aquellos que aman los datos interesantes y las curiosidades sobre animales podrían no haber oído hablar de la criatura que ha sido apodada “el animal más feliz del mundo”, tal vez porque las alegres bolas de pelo se pueden encontrar en solo una pequeña región del suroeste de Australia. Pero una vez que hayas visto esas caras sonrientes de estos animalitos, te costará trabajo no sonreír.
¿Cuál es el animal más feliz del mundo?
Si bien no hay una investigación formal sobre el tema, el título del animal más feliz del mundo suele ir para el wallaby loco y lindo conocido como quokka. Los quokkas, que se encuentran exclusivamente en el suroeste de Australia, y principalmente en la remota isla Rottnest del país, son marsupiales pequeños, del tamaño de un gato, conocidos por su naturaleza curiosa y sus expresiones faciales alegres. “Parece que siempre están sonriendo”, dice Sally Hollis, directora de participación corporativa de la fundación sin fines de lucro Rottnest Foundation, “por lo que se los conoce como ‘el animal más feliz del mundo’”.
Aumentando el cociente de ternura: los quokkas tienen un pelaje afelpado de color marrón grisáceo, narices de botón negras y orejas redondas y esponjosas, lo que los hace parecer un poco como juguetes de peluche. Al igual que sus primos canguros, se mueven saltando y saltando, y las mamás quokkas llevan a sus bebés en una bolsa.
La primera referencia al estado del quokka como el animal más feliz del mundo parece remontarse a una historia de 2013 en el Huffington Post. Pero fue una publicación de Instagram de 2019 del actor australiano Chris Hemsworth posando con un quokka sonriendo lo que generó una gran cantidad de selfies de quokka y convirtió a la especie en un fenómeno de las redes sociales.
Tomado de rd.com This Is the Happiest Animal in the World—and It’s the Cutest Thing You’ll Ever See
