El comienzo de la pubertad para las mujeres ahora va de los 8 a los 13 años, y típicamente se define como el comienzo del crecimiento de los senos.
“Si una niña comienza a desarrollar su senos a los 9 años, es normal”, asegura la doctora Rose Girgis, una pediatra endocrinóloga del hospital infantil Stollery, en Edmonton.
“Después de dos años de estos primeros signos, los padres pueden esperar a que sus hijas tengan su primer periodo menstrual”.
Aunque no existe una investigación específica de Canadá, un estudio en los Estados Unidos a gran escala en 1997 demostró que la edad promedio a la que las niñas tienen su primer periodo ha caído gradualmente a través de los siglos, yendo de los 17 a los 12 de hoy en día.
Un estudio en Dinamarca en el 2009 demostró que las niñas en Europa entran más temprano a la pubertad. Hay investigaciones que también exponen que la edad de la pubertad ha caído también en los niños, aunque no tan drásticamente.
Padres, doctores y los medios han divagado alrededor de diferentes teorías sobre por qué las niñas en particular maduran antes: ¿son las hormonas en la carne de la que se alimentan, productos a los que se exponen que contienen químicos que imitan las hormonas en el cuerpo (pensemos en el bisfenol A, prohibido para su uso en los biberones en Canadá), la creciente tendencia a la obesidad infantil, o inclusive a la sexualización temprana que se expone en los medios a los niños?
En efecto, cada una de estas teorías es posible, pero no hay suficiente evidencia para probar que cualquiera de ellas es la causa, asegura el doctor Mark Palmert, jefe de la división de endocrinología en el Hospital for Sick Children, en Toronto.
“Ha habido reportes de exposiciones aisladas a químicos ambientales que producen una pubertad temprana”, asegura Palmert. “Pero decir que la exposición ambiental sea extendida y que ésa es la causa de porqué las niñas comienzan antes con la pubertad es menos claro”.
Los niños son expuestos a estrógenos o químicos alteradores endocrinos en el ambiente y pesticidas que se encuentran en el barniz de uñas, en el maquillaje, lociones y plásticos.
Investigaciones más profundas han demostrado que estos químicos envían señales a través de los canales estrógenos que pueden ocasionar el desarrollo temprano de senos y la pubertad en las niñas.
“¿Estas exposiciones han afectado el desarrollo puberal de la población entera? No lo sabemos”, explica Palmert. “Depende de cuándo, cómo y hasta qué punto el niño ha sido expuesto.
En la actualidad impacta la abierta sexualidad que se encuentra en las revistas, películas, televisión y videos.
Se necesitara de mucha información epidemiológica para probar las causas y los efectos, y eso puede resultar difícil debido a que los efectos pueden depender de la ruta, la dosis y el tiempo de la exposición.
El eslabón entre causa y efecto se borra todavía más cuando se trata del impacto de la abierta sexualidad que se encuentra en las revistas, películas, televisión y videos musicales.
Algunos investigadores argumentan que los niños de hoy están expuestos constantemente a estímulos sexuales y que esto puede provocar, por tanto, que sus cuerpos se adapten.
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Una de las principales preocupaciones de los padres es la tendencia creciente de la obesidad en los niños y el papel que puede jugar en la adolescencia temprana. En promedio, las niñas con sobrepeso empiezan antes la pubertad.
Las hormonas liberadas de las células de grasa que sobran pueden jugar un papel en la rápida maduración de las niñas. “Nuevamente, puede ser un factor, pero no sabemos cuánto de ello se relaciona al sobrepeso o si es una causa definitiva del desarrollo temprano en la población general”.
La buena noticia es que los padres se pueden relajar: la razón más aceptada para el comienzo temprano de la adultez es una mejor nutrición y salud.
“Necesitas pesar cerca de 42 kilos para poder menstruar, y en siglos anteriores se llegaba más tarde a este peso, cerca de los 16 años”, explica la Dra. Franziska Baltzer, directora del programa de medicina y ginecología adolescente en el Hospital Infantil de Montreal. “Hoy comemos mejor y estamos más sanos”.
De hecho, históricamente, el comienzo temprano de la pubertad en las niñas no se ha visto, necesariamente, como algo malo. En el pasado, se le percibió como un signo de nuestro progreso, como se veía a que la gente fuera más alta, asegura Palmert.
“Recientemente, debido a que la preocupación por el desarrollo temprano se ha incrementado, los investigadores empezaron a buscar explicaciones en la salud y la nutrición y de esas ideas se dio paso al tema ambiental”.
Mientras que las consecuencias de la pubertad temprana no son claras, y se necesitan investigaciones mejor enfocadas, algunos estudios han relacionado la pubertad temprana en las niñas al creciente riesgo de conductas auto destructivas como el abuso de las drogas y el alcohol, experimentación sexual temprana, depresión, enfermedades del corazón y cáncer de seno.
Pero de hecho el comienzo temprano de la pubertad en las niñas es rara vez una causa de preocupación médica.
“Es importante mantener un sistema de valores claro en casa para que los niños sientan la seguridad psicológica y un sentido de aceptación mientras ejercitan sus nuevas opciones”
¿Cuál es la mejor manera de ayudar a tu hijo –y a ti– para que se adapte? “Los padres deben tener en mente que la pubertad provoca muchos cambios –hormonales, de comportamiento y algo de confusión emocional”, explica Ester Cole, una psicóloga de Toronto y actual directora de Parentign for Life, un programa educativo sin fines de lucro que promueve las habilidades positivas a los padres.
“Tal vez tu hijo no quiera hablar mucho contigo. Esto no necesariamente significa que están enojados contigo: están luchando –y entre más jóvenes se encuentren en la etapa de desarrollo de la adolescencia, más confuso es todo”.
“Como padres, tenemos que darnos cuenta que los cambios físicos, emocionales y cognitivos ocurren simultáneamente y que no existe un camino lineal de progresión simplemente porque sus cuerpos están madurando”, explica.
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De acuerdo con Cole, lo mejor que los padres pueden hacer cuando llegue la pubertad es darles a sus hijos unas coordenadas y escucharlos. “La comunicación positiva y la reafirmación siempre es importante.
Somos buenos en eso cuando somos jóvenes, pero tendemos a pensar que necesitan menos de ello cuando van creciendo, particularmente cuando se ven más grandes de lo que en realidad son”.
“Es importante mantener un sistema de valores claro en casa para que los niños sientan la seguridad psicológica y un sentido de aceptación mientras ejercitan sus nuevas opciones”, asegura Cole.
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