Esto pasa en tu cerebro cada vez que comes aguacate
El aguacate tiene propiedades benéficas para nuestro cuerpo y nuestro cerebro, y esto le sucede a tu organismo cuando lo consumes.
Un estudio publicado recientemente por la revista Journal of Psychophysiology demostró que el aguacate es un alimento que, si se consume de forma regular, puede combatir enfermedades y malestares en nuestro organismo.
La Universidad de Illinois afirmó que los aguacates son ricos en luteína, un antioxidante que mejora la condición cognitiva.
En personas de mediana edad mejora la capacidad para mantenernos enfocados en una tarea pese a las distracciones que puedan existir en nuestro entorno.
Comer aguacate también mejora la capacidad de atención y puede convertirse en un aliado para tratar padecimientos como el sobrepeso y/o la obesidad.
Los expertos mencionan que “podría ser que los nutrientes de los aguacates tengan una acción específica en el cerebro que contribuya a la habilidad para realizar esta tarea en particular, o puede que sean más beneficiosos para algunas capacidades cognitivas que para otras”.
También informaron que “los aguacates son ricos también en fibra y en grasas monoinsaturadas. Es posible que estos otros nutrientes hayan jugado un papel en los efectos cognitivos que comprobamos, pero nos hemos enfocado en la luteína en nuestros análisis”.
Se recomienda que personas propensas a la obesidad y sobrepeso regulen su ingesta, pero las cantidades de luteína pueden compensarse incluyendo alimentos como huevos y verduras de hojas verde en la dieta diaria.
Los humanos no son la primera especie en atesorar la nutritiva pulpa del aguacate. Hace milenios, en el sur de México y en América Central, de donde proviene, existieron animales con sistemas digestivos lo suficientemente grandes como para procesar y después dispersar su gran semilla.
Se trata de la llamada megafauna: perezosos cuya talla podía alcanzar los 3 metros; gliptodontinos, criaturas parecidas a los armadillos, del tamaño de un auto compacto, y los gonfotéridos, primos del elefante con colmillos gigantescos.
Los historiadores y botánicos no saben exactamente cuál de ellos se alimentaba del aguacate, pero todos habrían sido capaces de echarme a sus bocas como cacahuates y después defecar mi hueso muy lejos para que brotaran nuevos árboles.
De no haber desperdigado su semilla descomunal y rara, su espeso regalo escarlata no habría sido más que un suspiro en la historia de los frutos dulces.
Con información de Noticieros Televisa