Resulta difícil imaginar una hoja de lechuga en un rol distinto que como protagonista de una ensalada. De sabor suave y variedad de formas, es la hortaliza de acompañamiento de muchos platillos.
Sin embargo, esta planta con 2500 años de historia –que ya consumían los egipcios, griegos y romanos por sus virtudes nutritivas-, no solo se usa en la cocina sino que, al parecer, posee muchas propiedades medicinales.
Poco conocida en su “versión infusión”, sorprende descubrir que se la ubica en el ranking de remedios caseros recomendados para tratar muchos malestares y dolencias.
De acuerdo al portal Food & Wine el té de lechuga aporta diferentes nutrientes al cuerpo como proteínas, fibra, sodio, calcio, hierro, fósforo, potasio, magnesio y vitaminas del grupo A, B, C y E.
Por su parte el sitio especializado Healthline, indica que la lechuga romana tiene un alto contenido en vitaminas A, C y K. La vitamina A tiene propiedades antioxidantes que favorecen el crecimiento celular, la salud reproductiva y visual. Además, promueve el correcto funcionamiento del corazón, los riñones y los pulmones.
Asian Pacific Journal of Tropical Disease concluyó que la lechuga tiene efectos contra la ansiedad. Los extractos de este vegetal disminuyen la actividad locomotriz y protegen las neuronas. Sus propiedades antioxidantes previenen la muerte neuronal, la cual provoca padecimientos como el Alzheimer.
Los flavonoides presentes en la lechuga protegen al organismo del daño producido por los radicales libres y su efecto oxidativo de las células.
La lactucina, sustancia amarga presente en la lechuga, ayuda a reducir el dolor producido por un golpe. Además, su efecto relajante y anestésico es muy beneficioso para aliviar los dolores de cabeza.Además, gracias a su contenido de magnesio controla y limita la liberación de cortisol (la hormona del estrés).
Si tiene problemas de insomnio o noches inquietas, una taza caliente de té de lechuga antes de acostarse puede ser la solución que ha estado buscando. Las propiedades sedantes naturales de este té pueden ayudar a relajar la mente y el cuerpo, promoviendo un sueño más reparador y rejuvenecedor.
Puede ayudar a aliviar las molestias digestivas, reducir la hinchazón y promover deposiciones saludables. Esto puede resultar especialmente útil si sufre de indigestión ocasional o malestar estomacal.
En algunos casos podría generar riesgo, por lo tanto, toma en cuenta estas precauciones.
Debido su acción sedante, no es recomendable consumirlo en exceso cuando se necesitan desempeñar actividades que demanden un importante esfuerzo físico o mental. O cuando se requiera estar alerta, como en oficios de conducción, por ejemplo.
Si hay problemas renales, está contraindicado y no debe tomarse el té de lechuga. La razón es que ampliar los efectos diuréticos del tratamiento médico y ser contraproducente.
Lo más recomendable sería tomar, como máximo, dos tazas al día. Idealmente en la noche o al terminar las actividades diarias.
Con información de El Universal, Clarín
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