La mejor manera de volver a la regularidad y evitar el estreñimiento es comer más fibra: entre 20 y 35 g diariamente. Para lidiar con tanta fibra el cuerpo requiere también más líquidos.Y no olvides el ejercicio, el cual puede ayudar a mantener las cosas en movimiento. Haz estas tres cosas y todo comenzará a funcionar sin problemas otra vez.
La fibra absorbe agua y vuelve los desechos más suaves y consistentes, lo cual acelera el paso de los productos de la digestión a través del organismo.
El mundo de la publicidad nos hace creer que evacuar diariamente es la cumbre de la salud perfecta. “Falso“, dicen los médicos. Muchos de nosotros sufrimos el llamado “estreñimiento intuido”, es decir, cuando nos creemos estreñidos pero nuestro cuerpo no.
Las personas tenemos diferentes ritmos corporales; así, para alguien puede ser tan sano evacuar cada tres días, como para otro hacerlo tres veces al día. Conoce lo que causa el estreñimiento.
Al escuchar el llamado de la naturaleza, tus deseos de atender son desesperados. Pero tu cuerpo no responde (o cuando lo hace, tus deposiciones son duras, secas y evacuan con dificultad o dolor).
La razón más común por la que los intestinos se declaran en huelga es porque el cuerpo carece de fibra alimenticia o agua. Otra causa común es ignorar la necesidad (o está muy ocupado para satisfacerla en especial si sales rápido de casa por las mañanas) en lugar de levantarte 10 minutos más temprano.
El estreñimiento también se debe a la falta de ejercicio, al uso excesivo de laxantes, y a condiciones de salud como hipotiroidismo, diabetes, depresión o síndrome del intestino irritable. Cierta prescripción o medicamentos sin receta también pueden ser los culpables.
Comienza tu día tomando cereal integral con mucha fibra. Algunas marcas contienen hasta 15 g de fibra no disuelta por ración. Esta es la fibra que añade volumen, impulsando al cuerpo a mover los desechos más rápido por el tracto digestivo.
Una advertencia: si no estás acostumbrado a comer tanta fibra, empieza con una pequeña ración (por ejemplo, mitad cereal integral y mitad de uno convencional, acompañados con leche sin nata o yogur con poca grasa), luego aumenta la cantidad gradualmente.
De otro modo, puedes experimentar gases, inflamación y cólicos estomacales.
Come frijoles, ciruelas pasa, peras, higos, avena y nueces. Todo esto es fuente de fibra soluble, del tipo que se vuelve gel en los intestinos y ayuda a suavizar los desechos.
Mezcla una o dos cucharaditas de semillas de plantago (también conocida como ispágula) molidas con una taza de agua caliente. Deja reposar dos horas, añada miel y limón al gusto y bebe la infusión.
El plantago añade volumen y es el ingrediente principal de muchos laxantes populares. Puedes encontrar las semillas en la mayoría de las farmacias y en tiendas naturistas.
También es posible utilizar semillas de linaza, posee grandes cantidades de fibra además de ácidos grasos omega-3, benéficos para el corazón y el sistema circulatorio. Toma una cucharada sopera de linaza (se consigue en tiendas naturistas) dos o tres veces al día.
A muchos les gusta el sabor de esta semilla, parecido al de la nuez. Si no te agrada, puedes revolverla con tu cereal o combinarla con manzana asada o añadirla a la ensalada de fruta. O tritura las semillas en un molino de especias o de café, guarda la linaza en el refrigerador y espolvorea media cucharadita en tu jugo de naranja.
Conforme aumenta tu ingesta de fibra, asegúrate de tomar mucha agua, por lo menos ocho vasos de 250 ml al día. La fibra es extremadamente absorbente y, si no se bebe suficiente líquido, los deshechos pueden volverse pequeños, duros y difíciles de mover.
Tómate un café por la mañana. Si eres un bebedor habitual de café, ya habrás descubierto que la cafeína de esta bebida puede aflojar el intestino, pues induce el movimiento intestinal al estimular el colon. Pero no tomes demasiado: la cafeína también es diurética y eliminará fluidos de tu cuerpo.
Si no te gusta el café, prueba otra bebida caliente tras despertar. El té de hierbas o descafeinado, o una taza de agua caliente con un poco de jugo de limón o miel, también puede estimular el colon (el jugo de limón es un laxante natural).
El té de diente de león, que posee un suave efecto laxante, también puede ayudar a que se recupere la regularidad del movimiento intestinal. Añade una cucharadita de raíz seca en la taza de agua hirviendo; toma una tres veces al día. La raíz seca del diente de león se vende en tiendas naturistas.
La humilde ciruela pasa es uno de los más viejos remedios para el estreñimiento. Es rica en fibra (aproximadamente 1 g por ciruela). Asimismo, las ciruelas pasa contienen una sustancia llamada dihidroxifenilisatin, la cual estimula las contracciones intestinales que provocan ganas de evacuar.
Si no le gustan las ciruelas pasa entonces pruebe con las pasas, también contienen mucha fibra y ácido tartárico, el cual tiene efecto laxante. En un estudio donde varias personas comieron una pequeña caja de pasas al día, los doctores descubrieron que a aquéllas les tomaba la mitad del tiempo habitual pasar la comida digerida por el tracto digestivo.
Haz ejercicio regularmente. Hay una buena razón para hacer una caminata por las mañanas (conocida como constituyente diario): cuando mueves tu cuerpo también ayuda al alimento a moverse más rápido por el intestino. Propónte realizar una caminata al día por lo menos. Pon atención a estos alimentos que empeoran tu estreñimiento.
Los practicantes de la acupresión dicen que esta técnica puede estimular la digestión y, por ende, el intestino. Aplica presión con tu pulgar e índice sobre el pedazo de piel que une el pulgar y el índice de la otra mano. Haz esto durante dos minutos diarios mientras el problema persista. (Alerta no se debe usar esta técnica durante el embarazo.)
Aunque fastidioso, generalmente el estreñimiento no es grave. Sin embargo, algunas veces puede anunciar problemas serios como cáncer de colon u obstrucción intestinal.
Avísele a su doctor si le dura más de dos semanas, si evacua con sangre, si el estreñimiento está acompañado de fiebre, dolor abdominal intenso o pérdida de peso, o si el estreñimiento alterna con diarrea.
Si comenzó un tratamiento, quizás eso lo lo esté provocando; consúltelo con el médico. Antihistamínicos, diuréticos, medicamentos para controlar la presión arterial, ciertos tranquilizantes, analgésicos con codeína o morfina, suplementos alimenticios de calcio, algunos antidepresivos y antiácidos con calcio o aluminio, todos ellos pueden causar estreñimiento.
La hierba cáscara sagrada es tan efectiva que incluso se añade a varios laxantes. Se le conoce como “laxante estimulante” porque estimula el tracto intestinal. La hierba se comercializa bajo diferentes formas y, debido a su poder, interactúa con numerosas medicinas, por lo que debe emplearse bajo supervisión médica.
En cualquier caso, no la tomes durante más de diez días: puede hacer perder a tu cuerpo demasiada agua, potasio y sal, y su uso regular causa dependencia. (Alerta no la utilice si sufre cualquier otro problema abdominal. Tome mucha agua durante el tratamiento. Los niños y las embarazadas deben evitar consumirla.)
Si otros remedios fallan, haz la prueba con la madre de todos los laxantes naturales: el sen. Comienza a trabajar unas ocho horas después, por lo cual mucha gente lo ingiere antes de dormir. Toma entre 20 y 40 gotas de la tintura por la noche, pero no lo consideres un tratamiento a largo plazo. El uso repetido del sen puede provocar cólicos estomacales y diarrea. Como la cáscara sagrada, su empleo prolongado puede generar dependencia.
Una alternativa más suave es el supositorio de glicerina, disponible sin receta en las farmacias. Nuevamente, no abuses de este método o tu estreñimiento puede terminar peor que como empezó.
Nunca ignores el llamado de la naturaleza. Si lo haces estarás implorando un caso de estreñimiento.
Nunca intentes forzar el movimiento intestinal. Puede provocarte hemorroides (almorranas) o fisuras anales. Estas no sólo duelen, sino agravan el estreñimiento porque contraen la abertura del ano.
Asimismo, forzarse en el baño repercute en tu corazón: disminuye tu ritmo cardiaco y aumenta la presión arterial, lo cual puede provocarte un ataque súbito al corazón.
Ahora ya conoces algunos de los métodos prácticos más eficientes para poder contrarrestar el estreñimiento.
Extraído del libro “1001 Remedios Caseros”, Selecciones Reader’s Digest
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