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¿Tienes resfriado?

Las cinco cosas que nunca debes hacer,  y cómo puedes aliviarte.

Cubrirte la boca con la mano cada vez que tosas o estornudes.

Tal vez lo consideres una muestra de cortesía, pero lo que haces es depositar los virus directamente en las manos, y después los transfieres a todo lo que tocas.

“Los virus se transmiten con facilidad de una persona a otra a través de gotículas y pequeñas partículas expulsadas a través de la tos o los estornudos”, señala la profesora Elisa Azuara Liceaga, investigadora del posgrado en Ciencias Genómicas de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).

Sin embargo, el virus del resfriado permanece mucho más tiempo en las mucosidades húmedas, y termina en las manos cuando nos cubrimos la boca al toser o estornudar. “Como el virus vive más tiempo, esto permite que se desprendan células muertas junto con las partículas de saliva. Las manos se convierten en un ve­hículo de infección, y al tocar las superficies transmiten los virus”, explica el doctor Gustavo Acos­ta Altamirano, director general de la Clínica de Inmunodiagnóstico de México (CID).

Los rinovirus, uno de los tipos más comunes de virus del resfriado, pueden vivir por un lapso de tres horas en la piel, o sobre objetos como teléfonos, manijas de puertas y teclados de computadoras, así que tus manos son las verdaderas culpables.

La forma correcta:
•     Estornuda y tose sobre el antebrazo o en un pañuelo desechable, y tíralo a la basura de inmediato.
•     Lávate las manos cada vez que estornudes o tosas en ellas, y anima a tu familia a hacer lo mismo, sobre todo en esta temporada invernal.
•     Cuando tengas ganas de frotarte los ojos, hazlo con los nudillos, pues es menos probable que éstos se hayan contaminado con los virus de otra persona, en comparación con las yemas de los dedos.
• Trata de no tocarte el rostro con las manos, a menos de que te las hayas lavado antes.

No abrigarte
Los resfriados y la gripe
se producen durante todo el año, aunque existe una mayor incidencia en el oto­ño y el invierno. Pero, ¿es necesariamente a causa del frío?
Una investigación publicada en la revista Nature reveló que los virus del resfriado tienen una capa protectora líquida que, al ser expulsada al medio ambiente, se endurece en temperaturas invernales. Esto protege al virus al pasar de las manos de una persona a otra. Sin embargo, cuando éste se deposita en las mucosas de la nariz o la boca, la capa protectora regresa a su estado líquido y le permite entrar a las células e infectarlas.

Pescamos más resfriados en invierno porque es más probable que nos encon­­tremos en un lugar en­cerrado —co­­mo la casa o un salón de clases—, resguardándonos del frío y compartiendo el aire con personas infectadas, que cuan­do estamos al aire libre, jugando y corriendo en un día soleado.

Sea la temperatura un factor relevante o no para el desarrollo de la infección en nuestro organismo, de lo que no hay duda es que lo que más nos afecta es la exposición al virus. Además, como indica María Dolores Ochoa, neumóloga del Centro Médico Nacional La Raza, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), “nuestra primera línea de defensa mecánica contra el frío es la nariz, que tiene la función de calentar el aire. Cuando el frío es intenso, algunas personas presentan rinitis vasomotoras; esto disminuye la primera línea de defensa y las hace más susceptibles de presentar cuadros infecciosos, pues estos virus están en el medio ambiente”. Así que, por las dudas, mejor hazle caso a tu mamá y abrígate bien en este invierno; hacerlo no te perjudicará en nada. También se ha comprobado que el uso excesivo de la calefacción puede ocasionar problemas respiratorios, lo mismo que respirar moho en habitaciones mal ventiladas.

La forma correcta:
•     Trata de cubrirte la nariz y la garganta con una bufanda cuando salgas, sobre todo si tu sistema inmunitario está un poco debilitado.
•     En caso de utilizar la calefacción, no la pongas demasiado alta. Es importante que el aire no seque las mucosas de nariz, boca y ojos, las cuales proporcionan la primera línea de defensa contra los virus.
•     Elimina el moho (partículas de polvo y hongos), ya que puede provocar enfermedades respiratorias y reacciones alérgicas en algunas personas.
• Abre las ventanas y ventila bien el lugar en el que te encuentres durante el día; necesitas que circule aire fresco para ahuyentar a los virus.


Correr con el médico

Es uno de nuestros errores más comunes: correr con el médico y pedirle antibióticos a la primera señal de un resfriado. “Los mexicanos, por falta de información, piensan que las bacterias causan los resfriados, y utilizan mucho antibiótico; sin embargo, debemos recordarles que el 100% de los resfriados son producidos por un virus, y que las bacterias no hacen nada”, comenta el doctor Acosta Altamirano.
El uso excesivo de antibióticos hace que las bacterias se vuelvan resistentes a ellos, pero, además, sencillamente no funcionan en el tratamiento contra el resfriado. Los antibióticos atacan las infecciones bacterianas, no las virales. Es más, acaban con las bac­terias que necesitamos para que funcione bien nuestro sistema inmunitario. De acuerdo con el doctor Acosta Altamirano, “eliminan a las bacterias de la flora intestinal, y eso facilita que, cuan­do llegan nuevas bacterias, se instalen con mayor rapidez”.
Incluso si el moco es espeso y amarillento durante la primera semana de la enfermedad, esto no significa por fuerza que tengas una infección que requiera medicamentos. Simplemente, tu organismo está eliminando las células muertas.

La forma correcta:
•     La mejor manera de enfrentar los síntomas es con reposo y bebiendo muchos líquidos; sólo en caso necesario debes tomar paracetamol.
•     Visita al médico si después de cinco días sospechas que hay una infección en el pecho, los senos paranasales o el oído. Si tienes fiebre, falta de apetito debido a las molestias o una tos intensa en la que sientes que te falta el aire (en las últimas 48 horas), esperar puede hacer que se desarrolle una infección más grave.
•     Si acabas tomando antibióticos por prescripción médica, considera complementarlos con probióticos, como levadura de cerveza o lactobacilos, para aumentar las bacterias “buenas” en el intestino y fortalecer tus defensas; así no te contagiarás tan fácilmente con el siguiente virus.

Dejar de comer
Cuando estás enfermo, es importante dormir mucho y comer equilibradamente. La buena nutrición es lo que mantendrá a tu organismo funcionando de manera adecuada, y fortalecerá tu sistema inmunitario.
Por otra parte, es muy importante beber líquidos cuando estés resfriado o expulses mucosidad al toser y estornudar. Si te privas de alimentos, es probable que no ingieras la cantidad suficiente de los líquidos que necesitas en estos momentos.

La forma correcta:
•     Bebe muchos líquidos; en caso de tener fiebre, pierdes gran cantidad de ellos y te puedes deshidratar.
•      Consume una dieta normal, rica en verduras y frutas frescas de temporada (mandarina, naranja y guayaba), y proteínas como la carne y la leche.
•     Come alimentos ricos en vitamina C, y vegetales de color amarillo o anaranjado, que proporcionan antioxidantes y vitamina A.

Seguir con tus  actividades normales

Existen muchos medicamentos en el mercado diseñados para ayudarnos a rendir durante el día. Sin embargo, ¿es esto lo mejor cuando estás resfriado?

La neumóloga María Dolores Ochoa señala que estos medicamentos de venta libre sólo nos ayudan a disminuir las molestias, pero no curan el resfriado. “No es recomendable tomarlos por automedicación; podrían enmascarar algún proceso más grave”. Quizá sientas que puedes seguir con tus actividades normales, pero tu sistema inmunitario se está esforzando excesivamente y necesita descansar. “El mis­mo proceso del resfriado nos fatiga, y es conveniente reponer la energía, pues nos permite defendernos mejor contra el proceso infeccioso”, añade la médica.

Además, el estrés y la falta de sueño comprometen el sistema inmunitario. De manera que acudir a la escuela o al trabajo normalmente no sólo significa que contagiarás tu enfermedad a quienes te rodean, sino que tu recuperación podría tardar más tiempo.

La forma correcta:
•     De ser posible, quédate en casa los primeros tres días del resfriado, cuando se presenta mayor secreción y eres un foco infeccioso ambulante.
•     Cuídate. No fumes ni bebas alcohol, come en un horario fijo, duerme mu-cho y no te excedas física ni mentalmente. Cualquier estrés adicional debilitará más tu sistema inmunitario.

Tomado de Selecciones diciembre 2010

 

Maiella Ugalde/Foto: 123RF

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