Las personas que consumen habitualmente alimentos ultraprocesados tienen el doble de posibilidades de que sus telómeros —los extremos de los cromosomas— se acorten, lo que es un marcador de envejecimiento biológico a nivel celular, según una investigación realizada en la Universidad de Navarra y publicada por el American Journal of Clinical Nutrition, la más prestigiosa revista de Nutrición del mundo.
Una dieta que incluya más de tres porciones diarias de estos productos contribuye al rápido envejecimiento de las células, según el estudio.
“El envejecimiento propio de la edad acorta los telómeros, fragmentos finales de los cromosomas, que son marcadores de edad celular. Pero existen otras causas para que se acorten más rápidamente; entre ellas se encuentra una alimentación inadecuada” explica la catedrática Amelia Martí, miembro del CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBEROBN) y directora del trabajo.
Un telómero es el final de un cromosoma y su función principal es proteger el material genético que porta el resto del cromosoma. Su longitud indica la esperanza de vida, así como el estado global de salud.
Cada vez que una célula se divide los telómeros se acortan. Con el tiempo, los telómeros son tan pequeños que la célula ya no puede dividirse. Cuando eso sucede las células ya alcanzaron la senectud.
Los ultraprocesados son productos que no contienen un alimento entero o identificable. Al contrario, es una larga lista de aditivos —habitualmente con cinco o más ingredientes como aromatizantes, colorantes, emulsionantes, conservantes y otros— explica Lucía Alonso Pedrero, becaria predoctoral de la Fundación La Caixa y primera firmante del artículo.
Por ejemplo, las bebidas carbonatadas y refrescos, las carnes procesadas (salchichas, hamburguesas), la bollería industrial, los batidos y postres lácteos, muchos de los cereales azucarados de desayuno o las pizzas de fabricación industrial.
El consumo de alimentos frescos disminuye en todo el mundo, mientras aumenta el de los ultraprocesados con poco o nada de alimentos enteros.
Diversas investigaciones han asociado estos productos con enfermedades graves como:
Estos padecimientos a menudo están relacionados con la edad y vinculados al estrés oxidativo, la inflamación y el envejecimiento celular, que también pueden influir en la longitud de los telómeros.
El objetivo de los autores ha sido evaluar la asociación entre el consumo de esos ultraprocesados y el riesgo de telómeros más cortos en una población de estudio de edad avanzada. Para alcanzar ese objetivo usaron el sistema NOVA, el cual clasifica el grado de procesamiento de los alimentos.
El equipo vio que, a medida que el consumo de ultraprocesados crecía entre los participantes dividos en grupos, también aumentaba drásticamente la probabilidad de haber acortado los telómeros.
El aumento del riesgo era del 29, el 40 y el 82 por ciento para los grupos de consumo “medio-bajo”, “medio-alto” y “alto” respectivamente.
Además, vieron que el uso de ese tipo de productos estaba asociado con el riesgo de depresión (especialmente en pacientes con bajos niveles de actividad física), hipertensión, sobrepeso/obesidad y mortalidad por todas las causas.
El estudio, que fue presentado en el Congreso Europeo e Internacional sobre la Obesidad que se celebró en línea del 1 al 4 de septiembre, fue realizado en España con 645 hombres y 241 mujeres con una edad media de 67 años. Todos fueron seguidos a largo plazo.
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