Para llevar una alimentación saludable debes consumir una gran variedad de alimentos, pero con moderación.
En realidad el mercado está invadido por una gran variedad de alimentos que nos causan tentación. Con una gran apariencia, son apetecibles y rápidos de consumir para calmar el hambre.
Pero en ocasiones no nos damos cuenta que detrás de todos los elementos que nos convencen a consumirlo hay una gran concentración de grasas saturadas y compuestos añadidos que pueden causar desórdenes en nuestro cuerpo cuando las consumimos regularmente.
La peor parte es que parecieran ser “inofensivos”, ya que sus efectos se van dando gradualmente, sin manifestarse de manera contundente cuando los daños son leves. Gracias a esto han aumentado los casos de sobrepeso u obesidad, y otras enfermedades crónicas que disminuyen de forma significativa la calidad de vida.
A continuación te mostraremos alimentos que no deben formar parte de la dieta. Esto pasaría en tu cuerpo si los evitas.
Las papas se consideran un gran alimento debido a sus nutrientes, el problema es que las preparan con aceites o grasas añadidas que reducen sus propiedades. Aunque son deliciosas y van muy bien como acompañante de muchas comidas, las papas fritas afectan tu metabolismo y el colesterol.
Los daños son peores cuando las papas son de bolsa, ya que contienen químicos y conservadores añadidos.
En comerciales muestran estas bebidas como la mejor forma para calmar la sed, pero lejos de surtir este efecto, su consumo excesivo puede influir en la deshidratación. Los jugos, refrescos, yogures y otras bebidas con mucha azúcar y edulcorantes elevan los niveles de glucosa, y pueden causar desórdenes metabólicos.
Los productos con etiquetas “light” son dañinos, ya que son reducidos en azúcar y contienen químicos.
Suelen causar efectos negativos en el cuerpo. Se elaboran con harinas refinadas y grasas saturadas que llegan a afectar tanto el peso como la salud. Durante su proceso de refinamiento pierden gran parte de la fibra dietética, nutriente que participa en la digestión.
Su asimilación eleva los niveles de glucosa en la sangre, provocando más sensación de hambre durante el día.
Se elaboran con azúcares refinados y aceites agregados que han demostrado causar consecuencias en el organismo. Son altos en calorías y por esto mismo fuertes influyentes de problemas como sobrepeso. No producen saciedad y, en exceso son causantes de diabetes.
No todos son dañinos, todo depende de los ingredientes que se utilizan en su elaboración. Po lo regular, los más comerciales suelen tener demasiada azúcar u grasas saturadas. Su consumo regular puede generar sobrepeso y glucosa alta.
El problema es que contienen compuestos estimulantes y enormes cantidades de azúcar que pueden causar desórdenes en el sistema nervioso y el metabolismo.
Todos pueden producir efectos secundarios, incluso los que son bajas en sodio o en grasa. Estos se obtienen de los residuos de la carne que contienen demasiada grasa y pocos nutrientes.
Se fabrica con aceites vegetales, por este motivo, se piensa que su consumo no es un problema consumirla. Pero contiene grasas trans que perjudican la salud cardiovascular y circulatoria. Su consumo regular influye en el aumento de peso y la acumulación de colesterol.
Cuando se calienta libera radicales libres, unas moléculas tóxicas que pueden deteriorar las células y tejidos.
Afectan a la salud cuando se consumen en exceso. Esto debido a la elevada concentración de sal, aceites y conservadores. El revestimiento interno de las latas contiene bisfenol-A (BPA), una sustancia que se acumula en el cuerpo y se relaciona con enfermedades cardíacas y metabólicas.
Se estima que el BPA es un disyuntor endocrino que aumenta el riesgo de padecer diabetes y obesidad.
El proceso de refinamiento y pasteurización de la miel elimina sus diferentes propiedades naturales beneficiosas para el organismo. Transforma a la miel en una forma más de azúcar refinada que contribuye a la obesidad y la diabetes, similar al azúcar convencional.
La miel procesada se combina con jarabes ricos en fructosa, como el jarabe de maíz, que aumenta la carga de carbohidratos de este alimento. En este sentido, es recomendable reducir su consumo y optar por las formas no pasteurizadas.
Ahora que sabes qué alimentos no debes consumir, procura reemplazarlos por opciones saludables. Costará trabajo evitarlos, pero poco a poco diseñarás una dieta más saludable y controlada en calorías.
Fuente: Mejor con salud
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