El dodo, el ave rechoncha y no voladora, no es solo un ícono de la extinción, sino también un personaje cultural. En películas y caricaturas (como en La Era de Hielo), se le retrata con torpeza y un aire cómico, casi como un ave ingenua que no sabía que estaba en peligro.
Pero, por primera vez desde que desapareció hace más de 300 años, el regreso de este emblemático animal se acerca a la realidad, transformándose de un personaje de leyenda y comedia a un proyecto de ciencia de vanguardia.
La compañía de biotecnología Colossal Biosciences, con sede en Texas, ha anunciado un avance clave para la desextinción Dodo: el cultivo exitoso de células germinales primordiales (CGP) de su pariente vivo más cercano, la paloma de Nicobar. Este logro es un paso fundamental en el ambicioso plan de utilizar la genética moderna para traer de vuelta a la especie, cambiando su narrativa de la extinción a la resurrección. Colossal, que también trabaja para revivir al mamut lanudo, espera alcanzar su objetivo de crear un dodo vivo en un plazo de 5 a 7 años.
Cómo revivir al dodo: la técnica detrás del proyecto
El método combina edición genética y reproducción asistida:
Base genética: usar CGP de la paloma de Nicobar.
Edición de ADN: modificar las células con secuencias del genoma del dodo.
Gestación: implantar las células en gallinas sustitutas modificadas para producir huevos con el ADN del dodo.
Beth Shapiro, científica jefe de Colossal, advierte que el proceso en aves es más complejo que en mamíferos, ya que requiere dos generaciones antes de obtener individuos con los genes deseados. El objetivo no es crear un solo ejemplar, sino miles de dodos con diversidad genética suficiente para repoblar ecosistemas.
El debate ético y científico
El anuncio ha reabierto la discusión sobre la desextinción:
¿Será un verdadero dodo? Expertos como Leonardo Campagna (Laboratorio de Ornitología de Cornell) señalan que es incierto si el ave resultante reproducirá fielmente al dodo original.
El riesgo moral: investigadores como Rich Grenyer (Universidad de Oxford) advierten que estos proyectos pueden distraer recursos de la conservación de especies que hoy están en peligro.
Por su parte, Colossal sostiene que la tecnología también puede servir para proteger especies vivas, haciéndolas más resistentes a enfermedades y adaptables a su entorno.
El símbolo de la extinción
El dodo fue visto por última vez en 1662 en Mauricio, antes de desaparecer por la caza humana y las especies invasoras. Desde entonces, se convirtió en un símbolo global de la extinción.
Hoy, la desextinción Dodo pasa de ser un concepto de ciencia ficción a una posibilidad tecnológica, gracias al ADN de su pariente. Si Colossal logra su objetivo, esta ave torpe y entrañable podría regresar a los bosques de Mauricio, aunque sea como una versión modificada, ofreciendo un fascinante laboratorio sobre lo que significa restaurar una vida perdida.