Solo 1 de cada 4 personas tiene este padecimiento bajo control, lo que ha convertido a México en el país con más muertes por diabetes de América Latina.
Avances médicos ponen al alcance la unión de dos fármacos antidiabéticos de una sola aplicación diaria.
Antonio tiene 76 años y es jubilado; Josefina es un ama de casa que en un mes cumplirá 40 años y Andrea apenas cumplió 24. Ellos tienen algo en común: viven con diabetes mellitus tipo II, una enfermedad que reduce seis años la expectativa de vida y mata a más de 98 mil mexicanos al año.
La diabetes —así como el sobrepeso y la obesidad— es un grave problema de salud en México, tanto que en noviembre de 2016 se emitió una declaratoria epidemiológica nacional con el afán de revertir los estragos que causa entre la población.
Cuando se habla de diabetes es muy fácil perderse en las cifras, pero es necesario recordar que no se trata de números, sino de vidas. “No debemos olvidarnos que esos 12 millones de pacientes que viven con diabetes en México tienen un rostro, una familia, una historia que en infinidad de casos es un drama, pero que puede convertirse en una historia de éxito” reflexionó Félix Scott, country chair de Sanofi México.
Fernando Lavalle, jefe de la Clínica de Diabetes en el Hospital Universitario de la Universidad Autónoma de Nuevo León, recordó cuán difícil puede ser alcanzar el control de la diabetes.
“El paciente debe calcular si está consumiendo suficiente proteína, si debe comer menos carbohidratos; si es mujer debe pensar si está cerca su periodo menstrual o cómo influirá en su tratamiento que sea sedentaria, si duerme suficiente, si guarda en las condiciones adecuadas la insulina que se aplica o si está sometida a estrés constante” explicó en conferencia de prensa en el marco del Foro Internacional de Líderes en Diabetes, realizado en Mérida, México.
El médico revisa al paciente varias veces al año, pero es el paciente quien debe enfrentarse en el día a día a la toma de decisiones que lo alejen de las complicaciones de esta enfermedad.
Para los profesionales de la salud el panorama tampoco es fácil, pues para dar un tratamiento los médicos ponderan cómo se enfrenta el paciente a su enfermedad, las situaciones psicológicas que impiden que se apegue al tratamiento, la desinformación, los mitos y las malas percepciones sobre un tratamiento, aspectos económicos y desinformación.
Además, aunque los pacientes están en descontrol, al médico le cuesta trabajo modificar el tratamiento. Estudios demuestran que después de que un paciente ha estado usando un tratamiento oral, pasan aproximadamente tres años para que se agregue un segundo medicamento oral, y aunque siga descontrolado pasarán hasta siete años para que se le recete el uso de insulina, una excelente opción para llevar a los pacientes con diabetes a un control metabólico.
“Se pierde largo tiempo en el inicio de un tratamiento con insulina, lo que da pie a las complicaciones crónicas de esta enfermedad” explica María Elena Sañudo, gerente médico de Sanofi México.
La Encuesta Nacional de Salud 2012 arrojó que el 47 por ciento de las personas con diabetes presenta una complicación como neuropatía, el 13 por ciento ya es considerado inhábil visual y el 2 por ciento padece enfermedad renal crónica, así que tiene que someterse a diálisis o trasplante.
Los pacientes con diabetes mellitus tipo II que no controlan sus niveles de glucosa con medicamentos orales combinados con la aplicación de insulina basal están en grave riesgo por las complicaciones propias de esta enfermedad. Por otra parte, la diabetes es cada vez más frecuente en individuos entre los 35 y 40 años, lo que significa que deberán vivir unas cuatro décadas con esta enfermedad incurable.
Ante este panorama se vuelve urgente el uso de tratamientos novedosos para lograr que las personas que viven con diabetes tengan una vida larga y plena a pesar de la enfermedad.
En este tenor los cambios en las insulinas han sido constantes, así como los tratamientos dobles y, sobre todo, tratamientos de fácil apego, como los que solo se aplican una vez al día.
Aunque en México se ha avanzado en el uso de la insulina para el control de personas con diabetes, existen reticencias para uso, así que no se está recetando a tiempo.
Solo 2 de cada 10 personas diagnosticadas con diabetes recibe tratamiento de insulina y no todas la utilizan de manera adecuada, según información de la Encuesta Nacional de Salud Y nutrición (ENSANUT) Medio Camino 2016.
La insulina es el arma que tiene el cuerpo humano para controlar la glucosa. “La ausencia o disminución de la insulina provoca diabetes, así que usarla es lo ideal, pues es lo que el cuerpo tiene para manejar la glucosa” explicó Fernando Lavalle González, jefe de la Clínica de Diabetes en el Hospital Universitario de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
A pesar de que en la actualidad solo uno de cada cuatro pacientes logra un buen control glucémico, los pacientes están recibiendo tratamiento con insulina demasiado tarde, lo que conlleva a una pobre calidad de vida. Las hipoglucemias, precisó Lavalle González, ocasionan déficit cognitivo.
Para iniciar un tratamiento con insulina debe haber un motivo. Entre los principales están los pacientes que no han logrado el control metabólico con tratamientos orales y a las personas que recientemente fueron diagnosticadas con diabetes y su cuadro es de descontrol total, pues urge darle insulina para romper rápidamente con ese proceso de deterioro interno que está provocando una alta concentración de glucosa en sangre.
Otros candidatos para el uso de la insulina son quienes presentan descompensación metabólica, y en quienes ya presentan daño en órganos como riñones e hígado.
Ante este panorama, las mejoras en las insulinas han sido constantes, así como los tratamientos combinados. México fue uno de los primeros países en tener combinaciones fijas de metformina con otros antidiabéticos orales, y en el país existen fármacos que conjugan dos medicinas en una sola pastilla, pero ahora, por primera vez, existe una nueva alternativa que combina insulina glargina con lixisenatida, las cuales vienen en una pluma precargada que se aplica una sola vez al día.
La combinación de estos medicamentos antidiabéticos ayuda a los pacientes adultos con diabetes a lograr un control glucémico integral, pues incide en la insulina basal (en ayunas) y en la insulina postprandial (después de los alimentos).
México ocupa el sexto lugar a nivel mundial en número de personas que viven con diabetes, el primer lugar en mortalidad en América Latina y el tercer lugar en el mundo. Esta situación ha llevado a que esta enfermedad represente una amenaza para la salud pública del país.
El reto mayor de la diabetes no es solo su diagnóstico, sino la falta de control, pues aumentan los pacientes con problemas de visión, daño en retina, pérdida de la vista, úlceras, daño renal y amputaciones que pueden culminar en fallecimiento.
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