Familia
“Los niños grandes no lloran”, y otros mitos sobre los hombres
La vida emocional de los hombres es tan compleja y rica como la de una mujer, pero muchas veces es un misterio para ellos mismos.
La vida emocional de los hombres es tan compleja y rica como la de una mujer, pero muchas veces es un misterio para ellos mismos.
¿Quién llora con películas cursis? ¿Quién se deja llevar tanto por las emociones que saltan en su lugar y abrazan a un completo extraño? ¿Quién queda deshecho cuando una relación termina?
La respuesta sorprendente: los hombres.
Como sea, nuevas investigaciones revelan que la vida emocional de un hombre es tan compleja y rica como la de una mujer, pero muchas veces es un misterio para ellos mismos al igual que para cualquier mujer que los ama.
A pesar de que las emociones han sido consideradas propias de las mujeres, los hombres reportan sentimientos tan seguido como las mujeres y describen sus experiencias de emociones similarmente.
En un análisis de la inteligencia emocional de 500,000 adultos, los hombres calificaron igual de alto en consciencia emocional. En estudios de parejas casadas, los esposos probaron estar tan sincronizados con los niveles de estrés de sus parejas como sus esposas e igual de capaces de ofrecer apoyo.
Aunque tanto hombres como mujeres suspiran, lloran, se alegran, rabian, gritan y ponen mala cara, los sexos procesan y expresan las emociones de manera distinta. “Las emociones vienen en el fondo de la vida de un hombre y en el primer plano de la vida de una mujer”, dice el psicólogo Josh Coleman, PhD, autor de The Lazy Husband.
“La testosterona humedece los sentimientos en un hombre, quienes los interiorizan e intelectualizan más. Las mujeres parece que están más en contacto con sus emociones, mientras que los hombres tienen que trabajar en ello. Pero cuando lo hacen, en una situación ganar-ganar. Descubren una nueva dimensión de ellos mismos. Y sus relaciones son más felices, y ellos también son más felices”.
¿Por qué los hombres son tan despistados emocionalmente? Culpa a su cerebro. “Los hombres están cableados de manera distinta”, dice David Powell, PhD, presidente del Centro Internacional para Preocupaciones de la Salud, quien explica que la conexión entre el lado izquierdo del cerebro, el hogar de la lógica, y el lado derecho, el lugar de las emociones, es mucho mayor en las mujeres.
“Las mujeres tienen el equivalente de una carretera interestatal, así que se mueven fácilmente entre ambos lados. Para los hombres la conexión es como un camino rural serpenteante, así que no tenemos un acceso tan sencillo a los sentimientos”.
Esto podría explicar por qué, en 125 estudios en varias culturas, los niños y los hombres fueron consistentemente menos precisos en interpretar mensajes no hablados en gestos, expresiones faciales y tono de voz. Los hombres también reaccionaron menos intensamente a emociones — y las olvidaron más rápidamente.
Para su primer año, hacen menos contacto visual que las niñas y ponen más atención a los objetos en movimiento como los coches que las caras humanas. Tanto madres como padres hablan menos de sentimientos (excepto ira) a sus hijos que sus hijas, y los vocabularios de los niños incluyen menos palabras de sentimientos.
En el patio de recreo, tanto como en casa, los niños aprenden a aguantarse las lágrimas y no mostrar miedo. Sus caras, que alguna vez estuvieron tan emocionalmente abiertas como las de las niñas, se vuelven menos expresivas a medida que pasan los años de la primaria.
Como adultos, los hombres usan menos palabras, y hablan, al menos en público, como una forma de ponerse en una situación única, a diferencia de las mujeres, que hablan para acercar a los demás. Incluso con amigos, los hombres principalmente intercambian información a medida de que hablar sobre deportes, coches, y computadoras.
“Las mujeres hablan para despejar sus cabezas, pero los hombres piensan antes de hablar”, dice el psiquiatra Mark Goulston, MD, co-autor de The 6 Secrets of a Lasting Relationship.
“Si no lo hicieran, se arriesgarían a decir algo estúpido y ser humillados u ofender a otro hombre y que les peguen. Están más seguros si no dicen nada”.
¿Qué se asoma detrás de la máscara de silencio de los hombres? Vulnerabilidad. Muchos hombres, están de acuerdo los expertos, son mucho más inseguros de lo que les gusta admitir, y de lo que sus esposas se imaginarían.
“Dentro de cada hombre hay un miedo secreto de que si le falta competencia y coraje, no será tan masculino como debería”, dice Goulston. “Un hombre sabe que se supone que debería tomar una bala por su familia, o que debería arreglar lo que sea que se rompa. Cuando se siente sin poder, cuando todo lo que dice parece no ser lo correcto, se cierra y se retira”.
A pesar de que las mujeres se enfadan con la misma frecuencia que los hombres, el enojo sigue siendo la emoción masculina prototípica.
¿Por qué tantos hombres pierden su temperamento? “La ira viene porque hay tanta frustración cuando cortas algo que eres tú. Y eso es lo que hacen los hombres, porque tienen miedo de que si le das un centímetro a sus emociones, tomarán un kilometro”, dice el psicólogo Kenneth W. Christian, PhD, autor de Your Own Worst Enemy.
“Si te no desarrollas completamente de alguna manera, si no aprendes a trabajar con tus emociones, eres una sombra, una pequeña versión truncada de ti mismo. Solo es cuestión de tiempo hasta que el torre de cartas que eres se caiga”.
Los pasatiempos como pintar o tocar un instrumento musical puede entrar en el alma de un hombre. Recuerda que mucho del mejor arte, música y literatura del mundo, fue creado por el sexo supuestamente desafiado emocionalmente.
“Cuando llegues al punto donde sólo quieres poner tu cabeza a través de una pared, tomar un descanso de diez minutos no es suficiente para calmarse”, dice Westover, quien en momentos de emociones extremas encuentra un lugar para echarse al suelo y hacer lagartijas.
“Empieza con sentimientos que puedas controlar, encuentra un oído simpático y utiliza el término ‘un poco’”, sugiere Coleman. Decir que te sientes “un poco” triste o “un poco” asustado se siente más seguro que una declaración completa de vulnerabilidad.
“Un hombre es como un cangrejo ermitaño”, dice el empresario Chris Schroder. “Si sacamos nuestras emociones y nos quemamos, nos volveremos a meter en esa coraza y podríamos no salir otra vez. No se nos puede molestar o presionar para que compartamos nuestras emociones. Tenemos que ser seducidos por un periodo de tiempo hasta que nos sintamos seguros”.
Aquí hay algunas maneras en que puedes ayudar a tu hombre a sentirse más cómodo con sus emociones:
“Estar en la cara de un hombre lo puede hacer sentir competitivo o confrontacional”, dice el psicólogo David Powell. En lugar de sentarte en frente de él en una mesa, siéntate al lado de tu esposo.
Cuando escalas o andas en bicicleta, las defensas de un hombre bajan. Deja que los temas salgan naturalmente, pero no lo fuerces a cambiar y hablar, o podría resistirse.
“Si ha pasado el día con problemas, podría solamente querer alejarse del dolor”, dice el psicólogo Ken Christian. “Cuál es el punto de ser miserable toda la tarde cuando eso no va a resolver el problema?”.
Charlar podría ser la manera favorita del juego previo de una mujer, pero los hombres ven el sexo como una manera comunicación. “Nosotros los hombres expresamos gran parte de nuestras emociones físicamente”, dice el psicólogo Powell.
“El sexo es nuestra manera de expresar afecto”. En lugar de presionar a un hombre a traducir sus sentimientos en palabras, habla su idioma.
En su búsqueda, la psicóloga Lisa Neff, PhD, de la Universidad de Toledo encontró que los esposos pueden ser igual de emocionalmente sensibles que las esposas, pero muchas veces el momento no es el correcto.
“Los hombres no son inconscientes, pero las esposas necesitan dejarles saber lo que quieren y cuando lo necesitan”.
“En un momento callado, pregunta a tu esposo, ‘¿Alguna vez te he hecho sentir que no te admiro y te respeto más ahora que cuando nos conocimos?’”, sugiere el psiquiatra Mark Goulston. “Dile que te sientes bendecida por tenerle en tu vida, y lo lamentas si no se lo dices con suficiente frecuencia. La mayoría de los hombres se quedan boquiabiertos”.
Tomado de rd.com Big Boys Don’t Cry — and Other Myths About Men and Their Emotions
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