A lo largo de los años me he dado cuenta de que a las personas les inquieta hablar de finanzas, dinero y economía, más que nada porque piensan que son temas muy elevados que requieren conocimientos profundos para ser entendidos.
Lo cierto es que pueden ser amenos y sencillos. Lo importante es tener claros algunos puntos y ponerlos en práctica para tener unas finanzas sanas y un buen amigo: el dinero.
¿Por dónde empiezo?
Resulta reconfortante saber que en el mundo de las finanzas hay un camino, el cual nos ayuda a entender qué está pasando con nuestro dinero. Ese camino se llama presupuesto.
Hacer un presupuesto realmente es muy sencillo. Lo que debemos tener en cuenta es de dónde proviene nuestro dinero, cada cuándo y en qué cantidad para conocer el total de ingresos. Luego hay que restar a esas entradas todos nuestros gastos básicos o esenciales (alimentos, renta, ropa, gas, luz, teléfono, etc.) y los no tan básicos (diversión, cine, teléfono celular, gastos “hormiga”, etc.).
Lo más recomendable es hacer el presupuesto mensualmente.
Y el resultado, ¿para qué me sirve?
Cuando en el resultado los ingresos superan a los egresos, tenemos un superávit, y eso significa que cubrimos nuestros gastos y nos sobra dinero. Este excedente lo podemos destinar a operaciones que nos generen dinero adicional, o que al menos eviten que nuestro dinero pierda valor por la inflación.
Debes tener en cuenta que ahorrar es indispensable para comenzar a establecerte de manera independiente. Es a partir de tu ahorro que podrás ir mejorando tu calidad de vida.
Otro punto esencial es que no gastes todo tu dinero en gustos. Recortar en un momento dado los placeres inmediatos puede suponerte un importante ahorro a largo plazo.
Una vez que apliques estos dos pasos notarás cómo gastas cada vez menos dinero, y ese capital acumulado te servirá para realizar inversiones que pueden aumentar tu dinero.
¿Cómo organizas tu presupuesto? Comparte algunos tips.